« Me aburrí más que nunca en toda mi vida. No era un aburrimiento nacido de la inactividad. Era un aburrimiento nacido de la ruptura con todo lo que hace que la vida sea placentera, que despierte la curiosidad o que aumente el alcance de nuestros sentidos. Era el aburrimiento de tener que afrontar tareas inacabables sin interés y adquirir habilidades a las que cualquiera habría renunciado tranquilamente »
Robertson Davies