miércoles, febrero 13

Tartufo: Prólogo de Nidia Vincent

« La vida es demasiado importante para tomarla en serio » 

Oscar Wilde

« Tomar la vida con humor o seriedad; poner en lo nimio o en lo trascendental la mirada grave que da su peso a cada cosa o distanciarse, dudar, saber que nada es tan malo que no pueda ser peor, que no existe lo permanente y que la rueda de la fortuna pondrá en lo alto lo que ahora está abajo y destronará lo que hoy se encumbra. ¿Podrá elegirse una manera de mirar, una actitud para vivir? ¿Apreciará el escritor de tragedias la vida con ese cristal? ¿Será resultado de la firme voluntad de un artista crear obras de tono cómico? Quizá sea cuestión de temperamento, de la forma como algunos perciben y dan sentido a la realidad. Con pasión o ecuanimidad, el hombre recorre su existencia y el artista se arriesga, apuesta a comunicar con su obra una particular visión del mundo.

Para algunos, sólo las obras serias y que se evocan a lo trascendental merecen verdadera atención. Para ellos, en lo que al teatro se refiere, la tragedia, la pieza o el melodrama estarían siempre por encima de la comedia, la farsa o el vodevil, simplemente por la equivocada asociación de lo cómico a una actitud de mofa y evasión, cuyo único fin puede entretener provocando la risa del espectador, por medio de gracejadas, burlas y obscenidades. Otros, por el contrario, consideran el humor como un recurso estético de tanta fina calidad y de tan hondos alcances como la más estremecedoras de las tragedias, y han reconocido en ese artificio el medio sofisticado que permite decir lo innombrable, poner en tela de juicio hasta lo más preciado, liberar el alma, cuerpo y mente por medio de la risa.

El escritor italiano Umberto Eco, por ejemplo, encuentra en el humor un potencial liberador, en tanto que la risa es enemiga del miedo, y el miedo es el sustento del poder; por esto último, muchas de sus manifestaciones se han visto despreciadas o se ha pretendido silenciarlas.

Tal es el caso de Molière, para quien lo cómico no fue sinónimo de superficialidad o evasión, sino una estrategia artística que le permitió plantear jocosamente las candentes problemáticas  a las que todas las capas del pueblo francés de su tiempo eran sensibles. De ahí su popularidad ».


Nidia Vincent