lunes, marzo 18

Entera


 Estoy entera. 

Soy un entero hecho de los fragmentos que van quedando con cada estallido.

Diminutos fragmentos de lo que fui, de lo que rompí, de lo que rompieron los otros.

Estoy entera, cuando lavo mi cara y salgo sin fuerzas a volver a pelear, imaginando que esta vez, no puedo fragmentarme más. 

En cada espacio que hay de partes rotas, siempre entra una porción más de lo que va a dejar cada experiencia. 

El secreto es saber hacer resistencia, cuando la tormenta arraza con mi jardín hay que volver a trabajar sobre el suelo removido.

Cuando prohíban hacer cultura, hay que hacer mucha más, hasta inundar la ciudad y molestar a los infames.

Cuando se me prohíba expresar el amor, hay que doblar la apuesta, hasta que el primer corazón rígido se doblegue y caiga rendido ante el primer acto de ternura.

Estoy entera ante el miedo, que creció en la infancia y que sale ante la amenaza de la existencia de los malvados. 

Estoy entera para caer con la certeza de quien no puede romperse más. 

Grietas, como tierra seca esperando a la lluvia, esperando a la flores lilas crecer desde abajo así cómo en el pasto, en un llamado de vida, rompiendo el paisaje con su encanto, que solo es visible para los que andan despiertos.

Estoy entera para escribir los poemas inconclusos, prender la llama y déjala arder en mi oscuridad, acercarme a ella cuando hace frío. Recordarme que no estoy sola. Que nunca lo estaré. 

Escabarndo el pozo del pozo para ver si hay oro en él.

La entereza con que me sostengo y me hago herida es un canto a la vida. 

Brotar dignidad del dolor y seguir. Avanzar y perder partes que me unían a otras. Soltarlas. Dejar hueco, esperar a que se vuelvan a llenar. Quedarme con lo mejor, lastimarme con lo peor, y volver a formar mis enteros.

Estoy dispuesta a plantarme de cara al futuro y hacerle saber que siempre voy a armarme aunque me falten partes fundamentales, hasta que mi cuerpo sea polvo y se disuelva en el tiempo.


Daniela Peralta

domingo, enero 14

Se trata de ti

 

SE TRATA DE TI.


Tal vez en este momento tu viaje no se trata de amor.


Tal vez en este momento tu viaje se trata de ti.


Tal vez esta sea la temporada en la que te están desafiando a ser tu propio salvador(a), a ser tu propio lugar seguro. 


Tal vez en este momento te están recordando que las personas que se alejaron solo te llevaban de vuelta a ti misma.


Y aquí, estás bien.

Aquí, te estás reconstruyendo.

Aquí, te estás adaptando y arreglando.


Aquí, estás siendo más amable con tu alma, te estás dando el mismo tipo de amor que siempre has dado a los demás.


Aquí, no estás apresurando tu corazón, no dependes de otro ser humano para arreglarlo. 


En lugar de eso, aquí, lo estás haciendo muy bien ...  y por tu cuenta.


Aquí, te estás curando.


-Blanca Disparacino.

domingo, septiembre 17

Comprender

 “Una disculpa, una disculpa real, no es una excusa ni un ritual a posteriori. Una disculpa real demuestra una comprensión de por qué la conducta estuvo mal, cómo dolió, qué la produjo y qué es diferente ahora que impide que vuelva a suceder”.

—M. Karson

jueves, agosto 3

Pensamientos

 "No sé quién me ha traído al mundo, ni qué es el mundo, ni qué soy yo mismo; me hallo en una terrible ignorancia de todo; no sé lo que es mi cuerpo, qué mis sentidos, qué mi alma, ni qué esa misma parte del yo que piensa lo que digo, que reflexiona sobre todo y sobre sí misma, y no se conoce a sí misma mejor que al resto. Veo estos terribles espacios del universo que me envuelven, y me veo afectado a un rincón de esta vasta extensión, sin que sepa por qué estoy colocado en este lugar más bien que en otro, ni por qué este breve lapso que me ha sido dado para vivir, me ha sido asignado más bien en este punto que en otro de la eternidad que me ha precedido y de toda la que me sigue. No veo por ninguna parte sino infinidades, que me envuelven como un átomo y como una sombra que no dura sino un instante para no volver. Lo único que conozco es que pronto voy a morir, pero lo que más ignoro es esta misma muerte que no soy capaz de evitar". 


Blaise Pascal 

miércoles, agosto 2

El segundo sexo



“…La alteridad es una categoría fundamental del pensamiento humano. 

Ningún colectivo se define nunca como Uno sin enunciar inmediatamente al Otro frente a sí. Basta que tres viajeros se reúnan por azar en un mismo compartimento para que el resto de los viajeros se conviertan en «otros» vagamente hostiles. 

Para el aldeano, todas las personas que no pertenecen a su aldea son «otros» sospechosos; para el nativo de un país, los habitantes de países que no son el suyo aparecen como «extranjeros»; los judíos son «otros» para el antisemita, los negros para los racistas norteamericanos, los indígenas para los colonos, los proletarios para las clases pudientes (...) Estos fenómenos no se pueden entender si la realidad humana se considera exclusivamente un mitsein basado en la solidaridad y en la amistad. 

Por el contrario, se aclaran inmediatamente si, siguiendo a Hegel, descubrimos en la propia conciencia una hostilidad fundamental respecto a cualquier otra conciencia; el sujeto sólo se afirma cuando se opone: pretende enunciarse como esencial y convertir al otro en inesencial, en objeto.”


Simone de Beauvoir

martes, agosto 1

Sólo una vez

 "Sólo una vez.

Sólo una vez supe para qué servía mi vida.

En Boston, de repente, lo comprendí;

caminaba a lo largo del río Charles,

observé las luces mimetizándose,

todas de neón y de corazón estroboscópico, abriendo 

sus bocas gordas como cantantes de ópera;

conté las estrellas, mis pequeñas defensoras,

mis cicatrices de margarita, 

y comprendí que paseaba mi amor

por la orilla del color verde de la noche y lloré

vaciando mi corazón hacia los coches del este y lloré,

vaciando mi corazón hacia los coches del oeste,

y llevé mi verdad sobre un pequeño puente encorvado,

y protegí mi verdad y su encanto, hasta mi casa

y atesoré esta agonía casi hasta el amanecer

solamente para descubrir que se habían ido".


Anne Sexton

lunes, julio 31

Morir a tiempo

“Morir bien es morir a tiempo. No hay peor infierno que asistir a las exequias del propio deseo. Al funeral de nuestras pasiones. La muerte es por eso lo que a diario nos acecha. Lo que nos esteriliza, lo que encallece la piel. La ausencia de propósito, la apatía el desapego a los seres... Esa es la muerte que mata y no la que viene después. Por eso, imploremos que la muerte nos sorprenda sedientos todavía, ejerciendo la alegría de crear. Que nos apague cuando aún estamos encendidos."


Santiago Kovadloff

domingo, julio 16

Envejecer



"Soy mayor y tengo el aspecto de una mujer de mi edad. Algunas mañanas, al mirarme en el espejo, pienso: ¿Y si me opero..? Pero siempre lo descarto porque la cirugía es como cuando les vendaban los pies a las mujeres en China, una nueva consecuencia de la misoginia.

Si lo hiciera podría aparentar 56, pero cuando cumpliese 76, parecería que tengo 66... Es ganar una batalla para perder la guerra.

Además, a la larga, la belleza está, sobre todo, en la elegancia y la inteligencia.

Pienso, por ejemplo, en Maria Callas, Frida Kahlo, Anna Magnani...

A los 20, todos somos hermosos con unos vaqueros y una camiseta. Pero después, la belleza es una cuestión de estilo, personalidad, carisma…

No hay que ocultar los defectos, sino transformarlos para ser únicos. Ahora yo ya no busco resultar sexy, sino encontrar la mejor expresión de mí misma.

Cuando eres joven tienes mucha presión: el trabajo, el dinero, los hijos… Pero a medida que cumples años te sientes más libre y más segura y haces lo que te viene en gana.

¡Nadie habla de los maravilloso que es envejecer..!"


Isabella Rossellini, actriz y modelo, 67 años.

jueves, marzo 30

Rey Jesús

« Lo despojaron de sus ropas, que los soldados retuvieron como una paga extra, aunque según la ley judía eran propiedad de su pariente más próximo. El sargento ejecutor abrió las costuras del manto y dio un trozo de paño a cada uno de sus cuatro asistentes; pero se echaron suertes por la propiedad de la túnica sin costuras que le había dado Simón, hijo de Boeto. 


Implantaron los postes verticales en las bases de albañilería que servían para sostenerlos, y luego hicieron que cada reo, por turno, se echara de espaldas cerca de su travesaño horizontal. Éste se ponía debajo de la cabeza, y se ataban con finas ramitas de mimbre los brazos del hombre al madero. Las manos quedaban aseguradas mediante un largo clavo de cobre martillado a través de la palma, para que no fuera posible liberarse. Luego, con sogas y una polea se alzaban hombre y madero hasta que el travesaño encajaba en el rebajo preparado en el poste vertical, donde se ajustaba con pernos. En cada poste vertical, más o menos un metro por debajo del travesaño, había una hilera de agujeros; en el más adecuado se metía una clavija destinada a sostener por la entrepierna el peso del condenado. Las piernas se ataban igualmente con mimbres, y los pies se clavaban con otros dos clavos que atravesaban la carne por detrás del tendón sagrado, que algunos llaman «tendón de Aquiles», porque Aquiles, hijo de la diosa del mar Tetis, fue mortalmente herido por una flecha en ese preciso lugar. En la parte superior del poste vertical se fijaba la declaración del crimen, sobre la cabeza de la víctima.

Jesús quedó en el centro; Dysmas a su derecha y Gestas a su izquierda. Mientras lo subían a la cruz, pronunció una última plegaria, pero no pedía nada para él. Había pensado, finalmente, que su sacrificio era en vano y que había provocado la inexorable ira de Jehová. Se demostraba ahora que el pecado cometido con su personificación del pastor indigno era el de presunción, y que al conducir a sus discípulos al mismo error se había hecho merecedor de su propio reproche profético: «Quien engaña a los de corazón infantil merece que lo arrojen al mar corruptor con una piedra de molino al cuello». Su plegaria era solamente por ellos:

—¡Padre del cielo, perdónalos! Su único pecado ha sido la ignorancia.»



Robert Graves

sábado, marzo 25

¡Adiós, cuate!

 


Una cosa es ser niño y otra muy distinta la posición infantil, con mucha fortuna podemos integrar esa niñez en la edad adulta, sin embargo hay adultos que desde la infancia no han abandonado la posición infantil. La posición infantil consiste en considerar que somos omnipotentes, que el otro no existe sino como herramienta que está a nuestra disposición, la posición infantil es incompetencia e indefensión negadas, es un Yo inflado mediante discursos delirantes, individuos con muchas deficiencias que intentan compensarse con narrativas “yo hago esto o yo soy aquello”, una crianza suficientemente buena te saca de la posición infantil. La niñez sin embargo es un tránsito maravilloso de curiosidad, alegría, creatividad, aprendizaje y sensibilidad entre otras cosas, desafortunadamente conforme crecemos nos volvemos adultos que no conservan la niñez pero sí la posición infantil. Chabelo dirigió durante muchos años su programa “En familia”, era un espacio dirigido hacia los niños, conducido por un adulto que sabía ser niño, ese programa nos enseñaba lo maravilloso de ser niño, podíamos desapegarnos de nuestros padres para aprender que hay vida más allá de ellos, qué hay desafíos que se pueden afrontar con alegría y valentía, queríamos concursar, queríamos ser los que sí podían ganar tal o cual concurso, aprendimos a tomar decisiones con la catafixia, aprendimos a escuchar las opiniones de los otros para en última instancia nosotros tomar la decisión final, aprendimos qué hay victorias que no saben tanto a triunfo (podíamos ver a niños ganando una sala para su familia, la familia contenta y el niño satisfecho por la alegría familiar), también aprendimos a que perder una sala no era tan malo si ganábamos una dotación de Pau Pau o una bicicleta. Así de importante fue este programa y la representación de este personaje, hoy en día la niñez va perdiendo espacios y representaciones, los niños están dejando de transitar la niñez para volverse adultos pequeños en posición infantil. Habrá que seguir reflexionando y actuando para preservar la niñez.

martes, diciembre 20

Autenticidad

"Querer dar lo que no tienes para dar significa cabalgar a lomos de caballos ajenos. Si tu vibración se produce en el contacto con la naturaleza, no desperdicies tu tiempo en los bares de moda de la urbe; si tu talento es para las cosas manuales, no te disfraces de intelectual; si te sientes frágil y necesitado en tus vínculos amorosos, no pretendas mostrarte sobrado y campeón. Respétate: sé real, sé verdadero. A cada momento. Te irá mejor. Y quizá con el tiempo harás depender tu estima y tu ser de la cercanía contigo, no de los demás. Y te amarás a ti mismo porque sí o por nada, y no por algo en concreto. Debes tener el valor de ser lo que eres y dar a la vida lo que tienes para dar, y no pretender ser lo que no eres (para contentar a los padres, a la sociedad, a la religión, a la pareja o quién sabe ya a quién) ni darle a la vida lo que no tienes".


Joan Garriga

del libro La Llave de la buena vida


Insomnio

 



"Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).

A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,

y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.

Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.

Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,

por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,

por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.

Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?"


Dámaso Alonso

De «Hijos de la ira» (1944).

sábado, diciembre 17

Prólogo - Bertrand Russell

 

«Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación.

He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad, esa terrible soledad en que una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniatura mística, la visión anticipada del cielo que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que -al fin- he hallado.

Con igual pasión he buscado el conocimiento. He deseado entender el corazón de los hombres. He deseado saber por qué brillan las estrellas. Y he tratado de aprehender el poder pitagórico en virtud del cual el número domina al flujo. Algo de esto he logrado, aunque no mucho.

El amor y el conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban hacia el cielo. Pero siempre la piedad me hacía volver a la tierra. Resuena en mi corazón el eco de gritos de dolor. Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos desvalidos, carga odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierten en una burla lo que debería ser la existencia humana. Deseo ardientemente aliviar el mal, pero no puedo, y yo también sufro.

Ésta ha sido mi vida. La he hallado digna de vivirse, y con gusto volvería a vivirla si se me ofreciese la oportunidad.»

Bertrand Russell, «Autobiografía», 1967. Traductor: Pedro García Puente. Edhasa, 2010 

miércoles, diciembre 14

¿Qué se hace con la vida?


"Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula, sin luz a donde dirigirse. ¿Qué se hace con la vida? ¿Qué dirección se le da? Si la vida fuera tan fuerte que le arrastrara a uno, el pensar sería una maravilla, algo como para el caminante detenerse y sentarse a la sombra de un árbol, algo como penetrar en un oasis de paz; pero la vida es estúpida, sin emociones, sin accidentes, al menos aquí, y creo que en todas partes, y el pensamiento se llena de terrores como compensación a la esterilidad emocional de la existencia.

— Estás perdido —murmuró Iturrioz—. Ese intelectualismo no te puede llevar a nada bueno.

— Me llevará a saber, a conocer. ¿Hay placer más grande que éste? La antigua filosofía nos daba la magnífica fachada de un palacio; detrás de aquella magnificencia no había salas espléndidas, ni lugares de delicias, sino mazmorras oscuras. Ése es el mérito sobresaliente de Kant; él vio que todas las maravillas descritas por los filósofos eran fantasías, espejismos; vio que las galerías magníficas no llevaban a ninguna parte.

— ¡Vaya un mérito! —murmuró Iturrioz.

— Enorme. Kant prueba que son indemostrables los dos postulados más trascendentales de las religiones y de los sistemas filosóficos: Dios y la libertad. Y lo terrible es que prueba que son indemostrables a pesar suyo.

— ¿Y qué?

— ¡Y qué! Las consecuencias son terribles; ya el universo no tiene comienzo en el tiempo ni límite en el espacio; todo está sometido al encadenamiento de causas y efectos; ya no hay causa primera; la idea de causa primera, como ha dicho Schopenhauer, es la idea de un trozo de madera hecho de hierro.

— A mí esto no me asombra.

— A mí sí. Me parece lo mismo que si viéramos un gigante que marchara al parecer con un fin y alguien descubriera que no tenía ojos. Después de Kant el mundo es ciego; ya no puede haber ni libertad ni justicia, sino fuerzas que obran por un principio de causalidad en los dominios del espacio y del tiempo. Y esto tan grave no es todo; hay además otra cosa que se desprende por primera vez claramente de la filosofía de Kant, y es que el mundo no tiene realidad; es que ese espacio y ese tiempo y ese principio de causalidad no existen fuera de nosotros tal como nosotros los vemos, que pueden ser distintos, que pueden no existir…

— Bah. Eso es absurdo —murmuró Iturrioz—. Ingenioso si se quiere, pero nada más.

— No; no sólo no es absurdo, sino que es práctico. Antes para mí era una gran pena considerar el infinito del espacio; creer el mundo inacabable me producía una gran impresión; pensar que al día siguiente de mi muerte el espacio y el tiempo seguirían existiendo me entristecía, y eso que consideraba que mi vida no es una cosa envidiable; pero cuando llegué a comprender que la idea del espacio y del tiempo son necesidades de nuestro espíritu, pero que no tienen realidad; cuando me convencí por Kant que el espacio y el tiempo no significan nada, por lo menos que la idea que tenemos de ellos puede no existir fuera de nosotros, me tranquilicé. Para mí es un consuelo pensar que así como nuestra retina produce los colores, nuestro cerebro produce las ideas de tiempo, de espacio y de causalidad. Acabado nuestro cerebro, se acabó el mundo. Ya no sigue el tiempo, ya no sigue el espacio, ya no hay encadenamiento de causas. Se acabó la comedia, pero definitivamente. Podemos suponer que un tiempo y un espacio sigan para los demás. ¿Pero eso qué importa si no es el nuestro, que es el único real?

— Bah, ¡Fantasías! ¡Fantasías! —dijo Iturrioz".


Pío Baroja

El árbol de la ciencia, 1911. Cátedra. Letras Hispánicas


miércoles, diciembre 7

Soledad

"Soledad no es falta de gente para conversar, amar,  pasear o tener sexo.  Eso es carencia.

Soledad no es el sentimiento que experimentamos por la ausencia de seres queridos que no pueden volver más.  Eso es melancolía.

Soledad no es el retiro voluntario que la gente, a veces, se impone para rearmar sus pensamientos.  Eso es equilibrio.

Soledad no es el claustro involuntario que el destino nos impone compulsivamente para que reveamos nuestra vida.  Eso es un principio de la naturaleza.

Soledad no es el vacío de gente a nuestro lado.  Eso es circunstancia.

Soledad es mucho más que eso.  Soledad es cuando nos perdemos de nosotros mismos y procuramos en vano nuestra alma".

Chico Buarque

martes, diciembre 6

La muerte y el amor


 

"Si, a través del trabajo interior y de la escuela de la pareja, dos tienen la suerte de ser tocados por el aroma espiritual, vivirán y fluirán sin etiquetas ni dogmas. En la dimensión espiritual del amor, la idea es la no idea, o, como decía el poeta persa: «Mi lugar es el no lugar, mi señal, la no señal». Y esa unidad de dos no significa anularse en el otro, sino reconocer el genuino saber de la no dualidad, en la que el alma es liberada del oscuro pesar de la separación, del despotismo del yo, y por fin descansa en sí misma. Así lo expresa Rumi: 

"La muerte pone fin a la angustia de la vida. 

Y, sin embargo, la vida tiembla ante la muerte... 

Así tiembla un corazón ante el amor, 

como si sintiera la amenaza de su fin. 

Porque allí donde despierta el amor,

muere el yo, el oscuro déspota"".

Joan Garriga

Bailando juntos 

lunes, diciembre 5

La cara oculta del amor

 


"Como hemos visto, cuando una mujer se sentía de niña la princesa del padre, establece una profecía que dice más o menos así: «Tengo que encontrar a un hombre que me adore tanto como mi padre». Pero aquí se da una paradoja, porque no puede existir un hombre tan grande como ese padre, y la mujer va al mundo de la pareja y busca un imposible. Descalifica al hombre porque este no está a la altura del padre. 

Añadiré una pincelada de optimismo diciendo que la repetición de esquemas y patrones es una posibilidad muy habitual, pero no una obligación imperativa para todas las situaciones. Tendemos a propiciar escenarios interpersonales favoritos que suelen ser la repetición de escenarios infantiles, especialmente cuando el apego hacia los padres tuvo formatos complicados. Pero la buena noticia es que, aunque nos lanzamos al amor envueltos en nuestras redes relacionales, el otro también lo hace, y esto crea un campo nuevo, único, entre los dos".


Joan Garriga

Bailando juntos 

domingo, diciembre 4

Los caminos de la libertad


"Voy a morir por nada". Tenía compasión de sí mismo. Durante un segundo, sus recuerdos murmuraron como el follaje movido por el viento. Todos sus recuerdos. "Yo amaba la vida". Quedaba en el fondo de su garganta una interrogación inquieta; "¿Tenía yo el derecho de abandonar a mis compañeros?¿Tengo el derecho de morir por nada?". "Estoy harto. Que se fastidien los de ahí abajo y que se fastidie todo el mundo. Se acabaron los remordimientos, las reservas, las restricciones; nadie puede juzgarme, nadie piensa en mí, nadie puede decidir por mí. " Decidió sin remordimientos, con pleno conocimiento de causa. Decidió y, en el mismo instante, su corazón escrupuloso y lamentable cayó de rama en rama. 

"Decido que la muerte era el sentido secreto de mi vida, que he vivido para morir. Muero para testimoniar que es posible vivir. Mis ojos apagarán el mundo y lo cerrarán para siempre".


Jean-Paul Sartre

Con la muerte en el alma.

jueves, diciembre 1

El túnel

 “Yo me pregunto por qué la realidad ha de ser simple. Mi experiencia me ha enseñado que, por el contrario, casi nunca lo es y que cuando hay algo que parece extraordinariamente claro, una acción que al parecer obedece a una causa sencilla, casi siempre hay debajo móviles más complejos. Un ejemplo de todos los días: la gente que da limosnas; en general, se considera que es más generosa y mejor que la gente que no las da. Me permitiré tratar con el mayor desdén esta teoría simplista. Cualquiera sabe que no se resuelve el problema de un mendigo (de un mendigo auténtico) con un peso o un pedazo de pan: solamente se resuelve el problema psicológico del señor que compra así, por casi nada, su tranquilidad espiritual y su título de generoso. Júzguese hasta qué punto esa gente es mezquina, cuando no se decide a gastar más de un peso por día para asegurar su tranquilidad espiritual y la idea reconfortante y vanidosa de su bondad”.

Ernesto Sabato

(1911-2011)

Así habló Zaratustra

"Yo me superé a mí mismo, al ser que sufría, yo llevé mi ceniza a la montaña, inventé para mí una llama más luminosa. ¡Y he aquí que el fantasma se me desvaneció!

Sufrimiento sería ahora para mí, y tormento para el curado, creer en tales fantasmas: sufrimiento sería ahora para mí, y humillación. Así hablo yo a los trasmundanos. 

Sufrimiento fue, e impotencia, - lo que creó todos los trasmundos; y aquella breve demencia de la felicidad que sólo experimenta el que más sufre de todos. 

Fatiga, que de un solo salto quiere llegar al final, de un salto mortal, una pobre fatiga ignorante, que ya no quiere ni querer: ella fue la que creó todos los dioses y todos los trasmundos".


Friedrich Nietzsche 

viernes, noviembre 25

Vemos el mundo como somos


Esta imagen relata una profunda realidad:

No vemos el mundo cómo es; “vemos el mundo como somos”.

Interpretamos la vida desde nuestra percepción, juzgamos desde nuestra historia, las formas mentales (creencias, patrones e introyectos) que limitan nuestro entendimiento, influyen en la relación con el exterior, con eso que llamamos mundo.

La jirafa ve al león desde su altura, la hormiga lo pintaría muy distinto y un pecesito en el estanque donde toma agua seguramente apreciaría un león distinto al de estas dos miradas.

Así nos ocurre a nosotros, vemos a los demás únicamente desde nuestra óptica. Pero el problema no es que los veamos así, sino que los juzgamos según nuestra percepción. Les pedimos cambios desde nuestra limitada idea de cómo deberían ser. Nos enfadamos porque no se comportan como “deberían” bajo la lupa de nuestro estrecho criterio personal.

Cuánto más juzgas y cuánto más arrogante eres frente a los demás, demuestras la limitación de tu propia estructura interior.

El león no es lo que la jirafa ve. No tiene que convertirse en la imagen que la jirafa percibe. Quien tiene que modificar es la jirafa, asumiendo que la totalidad de la realidad no es la que percibe. Y quizá, si es una jirafa sabia podrá abrirse a mirar más allá de los límites de su altura y su posición respecto al león. A eso se le llama consciencia y es un tema profundo del que tendremos mucho que pensar.

Recuerda : “ves el mundo como eres”.

martes, noviembre 22

El abogado del diablo


 “No seas demasiado engreído, muchacho; sin importar lo bueno que seas. Y nunca dejes que te vean llegar, eso lo arruina todo. Debes mantenerte siempre pequeño, inocuo. Debes ser el tonto, el leproso, el vago, desempleado. Mírame a mí, subestimado desde el principio, ¿quién pensaría que soy el amo del Universo?

Tengo la mano debajo de la falda de la Mona Lisa, pero nunca me ven llegar”.


Al Pacino (1997)



lunes, noviembre 14

Carne de Píxel

 “(a) He encontrado una nueva forma de felicidad que está también en el equilibrio del funambulista [en el propio equilibrio], en el instante en que suspende la visión el parpadeo, en el pájaro que aletea para permanecer quieto, o en el punto en que se cruzan dos cartas con mensajes probablemente contrarios [pero hay que continuar, te dije, hay que continuar], en el punto en el que la levedad iguala al peso: cuando no siento ni hastío ni hambre y es como si desapareciese el cuerpo. (b) A veces llegué a pensar que en algún futuro [las fotos son recién nacidos que no crecen] seríamos como Leonard Cohen y Susan en esa foto que tanto mirábamos de Leonard Cohen y Susan: incorruptibles, unicelulares, glamour químicamente puro, envidiados, elegantes: un nuevo estado [6º] de la materia. (a∩b) No sé cuál de los dos estados es metáfora del otro, si la metáfora se inventó para dar vida a todo lo mal muerto y una vez resucitado aniquilarlo para siempre. En esa emboscada se resume todo este ADN postpoético”.



Agustín Fernández Mallo

domingo, noviembre 13

En el Valle de las sombras

"He aprendido mucho sobre nuestros encuentros, especialmente sobre la belleza y dulce patetismo de la Vida, sobre el valor inapreciable de amigos y familia, sobre el poder de transformación del amor.

Me encantaría creer que cuando muera viviré de nuevo, que alguna parte de mis pensamientos, sentimientos o recuerdos continuarán. Pero a pesar de lo que me gustaría creerlo, y de las antiguas tradiciones culturales a lo largo de todo el mundo que aseguran la vida tras la vida, no sé de nada que me sugiera que esto es algo más que una forma de pensar optimista.

Quiero envejecer con mi mujer, Annie, a la cual adoro. Quiero ver a mis jóvenes hijos crecer y quiero jugar un papel en su desarrollo personal e intelectual. Quiero conocer a mis nietos aún no concebidos. Hay problemas científicos, de cuyos descubrimientos querría ser testigo, como la exploración de muchos de los mundos de nuestro Sistema Solar y la búsqueda de vida exterior. Quiero aprender cómo funcionan las mayores cuestiones en la historia de la Humanidad, preocupantes o esperanzadoras: los peligros y promesas de la tecnología; la emancipación de la mujer; el crecimiento y ascendencia económica y tecnológica de China; los vuelos interestelares.

Si hubiera vida tras la muerte, no importaría morir, satisfaría la mayoría de esas profundas curiosidades. Pero si la muerte no es más que el fin, el sueño sin sueños, esto no sería más que un desesperado anhelo. Quizás esta perspectiva me dé una pequeña motivación extra para permanecer vivo.

El mundo es tan exquisito, con tanto amor, que no hay razón para engañarnos con bonitas historias para las cuales hay bien pocas evidencias. Es mucho mejor, me parece a mí, que en nuestra vulnerabilidad, miremos a la Muerte a la cara y seamos agradecidos cada día por la breve pero magnífica oportunidad que la vida nos ofrece".

Extractos del artículo "En el valle de las sombras", del Dr. Carl Sagan, publicado en la revista "Parade" el 10 de marzo de 1996 e incluido al final de su libro póstumo, "Miles de millones".

sábado, noviembre 12

La paciencia de Hesse

 

"La paciencia es la cosa más dura para el espíritu. Pero es lo más duro y lo único que merece la pena aprender. Todo lo que es naturaleza, desarrollo, paz, prosperidad y belleza en el mundo descansa en la paciencia; requiere tiempo, silencio, confianza". 


Hermann Hesse