jueves, octubre 24

Lo que estás buscando llegará


Es tan lindo, Benedetti


Leer es aburrido


Animal con palabras


El lápiz de madera


Carpe diem quam minimum credula postero. Oda I

« Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris números. Vt melius, quidquid erit, pati!
seu pluris hiemes, seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum: sapias, uina liques et spatio breui
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit inuida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero »


« No preguntes (es sacrílego saberlo) qué fin a mí, cuál a ti,
los dioses han dado, Leuconoe, ni sondees los babilónicos
números. ¡Cuánto mejor es soportar lo que haya de ser!
Así Júpiter nos haya concedido muchos inviernos, así este sea el último
que ahora desgasta contra los escollos sobresalientes las olas
del Tirreno: sé sabia, filtra el vino y en un espacio breve
recorta una esperanza larga. Mientras hablamos, habrá huido celosa
la edad: aprovecha el día, confía lo menos posible en el mañana »
Horacio

Dato curioso: También en el antiguo testamento en el libro del Eclesiates, se hace mención a la idea de gozar el presente, en Eclesiastés, 9, vs. 8-11 se lee: "lleva siempre vestidos blancos y no falte el perfume en tu cabeza, disfruta la vida con la mujer que amas, todo lo que te dure esa vida fugaz, todos esos años fugaces que te han concedido bajo el sol; que esa es tu suerte mientras vives y te fatigas bajo el sol".


martes, octubre 22

Jóvenes armados


La autoeducación


Un te quiero de Sabines


La educación de mierda- Frank Zappa


Educa a una persona


Educación moderna


¿Cuáles son tus raíces? Mira tus pies


Miedo a la cólera de los padres


La número uno de Bukowski


El santo y el pecador de Oscar Wilde


Con confianza


domingo, octubre 20

Sé tú mismo



La historia de Lisey

D. H. Lawrence


La gente bella


El neurótico, 1974


Aventura atrevida


Los libros de segunda mano de Virgina Woolf


Los niños de Mahatma Gandhi


La gran verdad de Lao Tsé


¿En qué consiste la sabiduría?


viernes, octubre 18

The backfire effect- El efecto del “tiro por la culata” y la importancia de burlarse y ridiculizar ideas.

« Este efecto está relacionado con el sesgo cognitivo de confirmación (las personas tendemos a “encontrar” “evidencias” que confirman lo que creíamos de antemano, mientras ignoramos evidencias que las contradigan), y es importante que todos los escépticos lo conozcan, pues a la hora de presentar argumentos y evidencias en contra de creencias absurdas (teorías conspirativas, creacionismo, ufología, etc) este efecto suele ocurrir, y nos sale el tiro por la culata. 

Pero ¿Qué es esto del efecto del tiro por la culata? Es un efecto psicológico que se estudió por primera vez hace muy poco por Brendan Rayhem y Jason Reifler y que básicamente encontró que el presentar evidencias y argumentos convincentes y racionales que refutan ideas preconcebidas y opiniones que tienen las personas suele tener el efecto contrario, un efecto contraproducente. Las personas en vez de tomar estos argumentos y evidencias como prueba de que estaban equivocados y su creencia es falsa, lo que hacen es aferrarse más aún a ella, sobre todo si se trata de creencias basadas en ideologías políticas (que fue lo que investigó el paper), pero creo que es justo decir que lo mismo se puede dar para otro tipo de ideologías. 

Para ilustrarlo mejor, supongamos que tenemos un adepto del “Proyecto Venus”: Si alguien se tomara la molestia de mostrarle con argumentos racionales y evidencias concretas, de una manera calmada, inteligente y cívica, el porqué dicha idea del “Proyecto Venus” es totalmente inviable, el adepto en vez de tomar dichos argumentos y evidencias como prueba de que estaba equivocado, hará todo lo contrario, los tomará como prueba de qué está completamente en lo cierto. Es decir, el escéptico, al haberse tomado la molestia de intentar refutar esa creencia de una manera racional, lo que hizo no fue refutarla, sino reforzarla aún más. Le salió el tiro por la culata. 

Al entrar en un debate con alguien y presentársele argumentos en contra de su creencia, lo que vemos es que dicha persona se centra aún más en creencia. Nos sale el tiro por la culata. 

Y aquí es donde entra la importancia de la burla y la ridiculización. Muchos critican páginas como esta de simplemente estarse burlando y ridiculizando creencias. Pero hay una razón para ello… Y es que eso funciona más que el presentar argumentos racionales, los cuales, debido al “backfire effect” suelen ser es contraproducentes. Lo más efectivo suele ser mostrarle a la gente, por medio de burlas absurdas y ridiculizaciones, lo absurdas y sin sentido que suelen ser sus creencias. 

Si lo único que se requiriera para que las personas desechen creencias sin fundamento fuese presentársele argumentos y evidencias racionales y convincentes, pues simplemente ya no tendríamos creencias sin fundamento en el mundo… pero todos sabemos que no es así… y por lo tanto una de las armas más fuertes que tenemos para luchar contra esas creencias sin fundamentos es recurrir a la sátira, a la burla, a la ridiculización. ¿Golpes bajos? ¿Golpes fáciles? Tal vez… Pero funcionan, o al menos funcionan más que los argumentos racionales, los cuales, debido al “efecto del tiro por la culata”, suelen ser es contraproducentes, y refuerzan las creencias sin fundamento ».


¿Cuántos continentes hay?

« Bueno, la respuesta parece ser bastante sencilla, ¿Verdad? 5 continentes. Es lo que nos enseñaron en la escuela o colegio, y son los 5 anillos de las Olimpiadas: África, América, Asia, Europa y Oceanía. ¿Cierto? OK, olviden la pregunta… Excepto que esto no es particularmente cierto, y las preguntas rápidamente surgen al ver el mapa, ¿Por qué Antártida no es un continente? ¿Por qué Europa es un continente? ¿Por qué Oceanía es un continente y no sólo una “Isla muy grande con muchas chiquitas cerca”?

Resulta que la división de 5 continentes que nos enseñaron, es la que se enseña en el mundo hispano hablante, si hubiésemos crecido en el mundo anglosajón o en China se nos habría enseñado que hay 7 continentes: África, Antártida, Asia, Europa, Norteamérica, Suramérica y Oceanía. Bueno, ahora estamos más confundidos que antes, ¿quién tiene la razón? Pues… eso depende, y depende de ¿qué es un continente? La definición tradicional, según la RAE, es “Cada una de las grandes extensiones de tierra separadas por los océanos.” Y basta echar un vistazo al mapa para darse cuenta que no hay nada de “océano” separando Europa de Asía. OK, entonces unámoslos en uno, Eurasia, y entonces tenemos así 6 continentes, y resuelto el asunto, ¿verdad?... bueno, NO. Porque entonces tenemos el problema de América, ¿son en verdad Norteamérica y Suramérica dos continentes distintos? Viendo el mapa vemos que tampoco hay mucho “océano” separándolos, claro, si no tenemos en cuenta el canal de Panamá, entonces toda América es una sola gran extensión de tierra, sin ningún océano separándolos. Perfecto, entonces tenemos así que son sólo 5 continentes, ¿cierto?... bueno, NO. Porque si no vamos a tener en cuenta el canal de Panamá, entonces tampoco deberíamos tener en cuenta el canal de Suez, y entonces así tenemos que entre Europa, África y Asía tampoco hay ningún océano separándolos, y así hemos creado el gigantesco continente de Afro-Eurasia. OK, entonces tenemos que son 4 continentes: Afro-Eurasia, América, Antártida y Oceanía. ¿Correcto?... Bueno… ¡NO! Porque aún nos queda la otra parte de la definición: “Grandes extensiones de tierra”. Si removemos todo el hielo de Antártida veremos que no hay mucha “tierra” y que no son más que pequeñas islas separadas entre sí y unidas sólo por el hielo perpetuo (perpetuo por ahora, GO GLOBAL WARMING!!). Entonces, ¿debería ser Antártida un continente? Digamos que no, entonces nos quedamos con 3 continentes, Afro-Eurasia, América y Oceanía. Pero… un momento, si Oceanía puede ser un continente, ¿por qué no Groenlandia? Es casi igual de grande y extensa que Australia y también tiene muchas islas cerca, y además Oceanía tiene mucho océano separándolas entre sí, ¿haciendo que Australia no sea un continente sino una isla muy grande rodeada de muchas otras?... Ummm, ahora estamos más confundidos que antes. ¿Son, entonces, sólo dos continentes? 

Podemos recurrir entonces a la otra definición aceptada de “continente”: <<Un continente es una gran extensión de tierra que se diferencia de otras menores o sumergidas por conceptos geográficos y culturales como océanos y etnografía.>> Bueno, esto levanta más preguntas que las que responde, porque entonces ¿es Europa un continente después de todo? Al fin al cabo se diferencia cultural y etnográficamente de Asía y África. Si es así, ¿no debería ser Medio Oriente su propio continente también? Al fin al cabo también se diferencia cultural y etnográficamente del resto de Asía y África. Y ¿qué hay de Brasil? ¿India? ¿El Caribe? ¿Norteamérica? ¿Suramérica? ¿Suráfrica? ¿Australia? ¿Japón? ¿China? ¿Noráfrica?... ¿Son todos estos continentes apartes también? No, no, no, esto de meter “cultura” y “etnografía” en la definición sólo nos complicó más las cosas. 

¡YA SÉ! Como siempre, la respuesta la tendrá la ciencia! Dudas + Ciencia = Respuestas. OK, según los geólogos un continente es una masa de tierra que se mueve en la misma placa tectónica. Perfecto, ahora vamos por buen camino, veamos los continentes geológicos (placas tectónicas): La placa de la Antártica, la Placa de Eurasia, la placa de Oceanía, la placa africana, la placa suramericana… OK, ahora sí parece tener sentido… un momento, aún falta: la placa de la India, la placa del Medio Oriente, la placa del Pacifico, la placa norteamericana (que incluye a Japón, Groenlandia y un gran pedazo de Asía), la placa del Caribe… /sigh… OK, esto no sirvió para nada, seguimos sin saber cuántos continentes hay. 

Al final del día el problema recae en que “continentes” es una palabra sin ningún uso práctico y que cualquier división será arbitraria y, a la larga, totalmente irrelevante.

Así que la respuesta a ¿Cuántos continentes hay? es ¿Cuántos quieres que haya? »