sábado, julio 30

Nicómaco

« Después de haber tratado acerca de las virtudes, la amistad y los placeres, nos resta una discusión sumaria en torno a la felicidad, puesto que la colocamos como fin de todo lo humano. Nuestra discusión será más breve, si resumimos lo que hemos dicho. Dijimos, pues, que la felicidad no es un modo de ser, pues de otra manera podría pertenecer también al hombre que pasara la vida durmiendo o viviera como una planta, al hombre que sufriera las mayores desgracias. 


Ya que esto no es satisfactorio, sino que la felicidad ha de ser considerada, más bien, una actividad, como hemos dicho antes, y si, de las actividades, unas son necesarias y se escogen por causa de otras, mientras que otras se escogen por sí mismas, es evidente que la felicidad se ha de colocar entre las cosas por sí mismas deseables y no por causa de otra cosa, porque la felicidad no necesita de algo, sino que se basta a sí misma, y las actividades que se escogen por sí mismas son aquellas de las cuales no se busca algo fuera de la misma actividad. 


Tales parecen ser las acciones de acuerdo con la virtud. Pues el hacer lo que es noble y bueno es algo deseado por sí mismo. Asimismo, las diversiones que son agradables, ya que no se buscan por causa de otra cosa; pues los hombres son perjudicados más que beneficiados por ellas, al descuidar sus cuerpos y sus bienes. Sin embargo, la mayor parte de los que son considerados felices recurren a tales pasatiempos y ésta es la razón por la que los hombres ingeniosos son muy favorecidos por los tiranos, porque ofrecen los placeres que los tiranos desean y, por eso, tienen necesidad de ellos. Así, estos pasatiempos parecen contribuir a la felicidad, porque es en ellos donde los hombres de poder pasan sus ocios. Pero, quizá, la aparente felicidad de tales hombres no es señal de que sean realmente felices. 


En efecto, ni la virtud ni el entendimiento, de los que proceden las buenas actividades, radican en el poder; y el hecho de que tales hombres, por no haber buscado un placer puro y libre, recurran a los placeres del cuerpo no es razón para considerarlos preferibles, pues también los niños creen que lo que ellos estiman es lo mejor. Es lógico, pues, que, así como para los niños y los hombres son diferentes las cosas valiosas, así también para los malos y para los buenos. Por consiguiente, como hemos dicho muchas veces, las cosas valiosas y agradables son aquellas que le aparecen como tales al hombre bueno. 


La actividad más preferible para cada hombre será, entonces, la que está de acuerdo con su propio modo de ser, y para el hombre bueno será la actividad de acuerdo con la virtud. Por tanto, la felicidad no está en la diversión, pues sería absurdo que el fin del hombre fuera la diversión y que el hombre se afanara y padeciera toda la vida por causa de la diversión. Pues todas las cosas, por así decir, las elegimos por causa de otra, excepto la felicidad, ya que ella misma es el fin ».


Aristóteles

viernes, julio 29

El amor en los tiempos del cólera


« ...Pero fue por uno de esos juegos triviales que los primeros treinta años de vida en común estuvieron a punto de acabarse porque un día cualquiera no hubo jabón en el baño [...] »


« Empezó con la simplicidad de la rutina. El doctor Juvenal Urbino había regresado al dormitorio, en los tiempos en que todavía se bañaba sin ayuda, y empezó a vestirse sin encender la luz.Ella estaba como siempre a esa hora en su tibio estado fetal, los ojos cerrados, la respiración tenue, y ese brazo de danza sagrada sobre la cabeza. Pero estaba a medio sueño, como siempre, y él lo sabía. Al cabo de un largo rumor de almidones de lino en la oscuridad, el doctor Urbino habló consigo mismo: - Hace como una semana que me estoy bañando sin jabón –dijo. 


Entonces ella acabó de despertar, recordó, y se revolvió de rabia contra el mundo, porque en efecto había olvidado reponer el jabón en el baño. Había notado la falta tres días antes, cuando ya estaba bajo de la regadera y pensó reponerlo después, pero después lo olvidó hasta el día siguiente. Al tercer día le había ocurrido lo mismo. En realidad no había transcurrido una semana, como él decía para agravarle la culpa, pero si tres días imperdonables, y la furia de verse sorprendida en falta acabó de sacarla de quicio. Como siempre, se defendió atacando.- Pues yo me he bañado todos estos días –gritó fuera de sí- y siempre ha habido jabón.

Aunque él conocía de sobra sus métodos de guerra, esa vez no pudo soportarlos. Se fue a vivir con cualquier pretexto profesional en los cuartos de internos del Hospital de la Misericordia, y sólo aparecía en la casa para cambiarse de ropa al atardecer antes de las consultas a domicilio. Ella se iba para la cocina cuando lo oía llegar, fingiendo hacer cualquier cosa, y allí permanecía hasta sentir en la calle los pasos de los caballos del coche. Cada vez que trataron de resolver la discordia en los tres meses siguientes, lo único que lograron fue atizarla. Él no estaba dispuesto a volver mientras ella no admitiera que no había jabón en el baño, y ella no estaba dispuesta a recibirlo mientras él no reconociera haber mentido a conciencia para atormentarla.


El incidente, por supuesto, les dio oportunidad de evocar otros, muchos otros pleitos minúsculos de otros tantos amaneceres turbios. Unos resentimientos resolvieron los otros, reabrieron cicatrices antiguas, las volvieron heridas nuevas, y ambos se asustaron con la comprobación desoladora de que en tantos años de lidia conyugal no habían hecho mucho más que pastorear rencores.

Él llegó a proponer que se sometieran juntos a una confesión abierta, con el señor arzobispo si era preciso, para que fuera Dios quien decidiera como árbitro final si había o no había jabón en la jabonera del baño. Entonces ella, que tan buenos estribos tenía, los perdió con un grito histórico:-¡A la mierda el señor arzobispo!El improperio estremeció los cimientos de la ciudad, dio origen a consejas que no fue fácil desmentir, y quedó incorporado al habla popular con aires de zarzuela: “¡A la mierda el señor arzobispo!”.

Consciente de que había rebasado la línea, ella se anticipó a la reacción que esperaba del esposo, y lo amenazó con mudarse sola a la antigua casa de su padre, que todavía era suya, aunque estaba alquilada para oficinas públicas. No era una bravata: quería irse de veras, sin importarle el escándalo social, y el marido se dio cuenta a tiempo. Él no tuvo valor para desafiar sus prejuicios: cedió. No en el sentido de admitir que había jabón en el baño, pues habría sido un agravio a la verdad, sino en el de seguir viviendo en la misma casa, pero en cuartos separados, y sin dirigirse la palabra. 


Así comían, sorteando la situación con tanta destreza que se mandaban recados con los hijos de un lado al otro de la mesa, sin que estos se dieran cuenta de que no se hablaban.Como en el estudio no había baño, la fórmula resolvió el conflicto de los ruidos matinales, porque él entraba a bañarse después de haber preparado la clase, y tomaba precauciones reales para no despertar a la esposa. Muchas veces coincidían y se turnaban para cepillarse los dientes antes de ir a dormir.

Al cabo de cuatro meses, él se acostó a leer en la cama matrimonial mientras ella salía del baño, como ocurría a menudo, y se quedó dormido. Ella se acostó a su lado con bastante descuido para que se levantara y se fuera. Él despertó a medias, en efecto, pero en vez de levantarse apagó la veladora y se acomodó en su almohada. Ella lo sacudió por el hombro para recordarle que debía irse al estudio, pero él se sentía tan bien en la cama de plumas de los bisabuelos, que prefirió capitular.

-Déjame aquí –dijo-. Sí había jabón ».
Gabriel García Márquez

El pensamiento negativo

« Creer firmemente en que nada dura...te ayuda a hacer que las cosas acaben durando 

Abandonar un sueño es como morirse por fascículos. Con la diferencia de que ésta colección no la acabas tú, sino que probablemente sea ella la que acabe contigo.

Lo peor no es que nos mientan. Lo peor es que ya estemos acostumbrados. Estamos tan mentidos que incluso la verdad nos parece mentira. Somos carne de opinión. Y hay demasiada gente que prefiere que le piensen las cosas, que se las den mentidas, para no tener que planteárselas.

No escuchamos, ya nadie escucha. nadie repara lo que dice el otro. Estamos todos sumidos en un inmenso, solitario y ensordecedor silencio, y lo mismo da que nos digan, que nos expliquen, nos cuenten, nos avisen, nos chillen o nos susurren. Monólogos secuenciados que solo guardan breves silencios para esperar impacientemente que el otro acabe.

Cuando alguien es nombrado jefe, encargado o supervisor de algo, le sobreviene automáticamente un ataque de estupidez directamente proporcional al número resultante de multiplicar su aumento de sueldo con la cantidad de palabras nuevas en la definición de su cargo.

Espabilamos gracias a morder el polvo, comernos los ''yo nunca'', aguantar unos cuantos ''ya te lo dije''. Caerse una y otra vez, para lo cual es indispensable haberse levantado en otras tantas ocasiones.

Crecer es aprender a despedirse. El día que te das cuenta de que crecer va a significar despedirse de personas, situaciones, emociones, memorias, ilusiones e incluso amigos que se supone iban a estar para toda la vida. El día que ves que crecer significa conocer cada día más gente que ya murió. El día que te das cuenta que te despides mejor que hace un año. Que ya no te sorprende que la gente desaparezca de tu vida. Ese día estás aprendiendo a decir adiós, ese día estás creciendo.

Si tienes piso en propiedad, trabajo estable bien remunerado y una preparación ajustada a tu realidad, es muy probable que no seas joven. Si no sabes lo que es enlazar contratos basura con masters que no ofrecen más salidas que las chicas de la última fila, es muy problable que no seas joven. Y si cuando pones la tele no te encuentras a los que se supone que tienen tu edad, siendo tratados como causantes de todo mal, desde los actos vandálicos al botellón, el ruido, la polución, los graffittis, la anorexia, los okupas, la aintiglobalización o la tele-basura, es muy probable que no seas, ni remotamente joven. ¿No le parece incrible que después de todo esto, haya gente joven que aún se empeñe en enamorarse, trabajar, tener hijos, una vida normal e intentar, simplemente, salir adelante?

Como en el mundo de las marcas, gustarás a mucho y otros tantos te rechazarán.

La diferencia entre un diario y una vulgar libreta no está en quién lo escribe, sino en quién lo lee.

De un simple y puro ''te quiero'' pasas al ''te quiero mucho'', ''te quiero como no he querido antes'',''como nunca querré a nadie'', etc. Y es que ese primer ''te quiero'' se te gastó de tanto usarlo con tanta gente que al final se fue, llevándose cada uno su pedacito de verdad »

Risto Mejide

jueves, julio 28

El derecho de callarnos

« El hombre construye casas porque está vivo, pero escribe libros porque se sabe mortal. Vive en grupos porque es gregario, pero lee porque se sabe solo. La lectura es una compañía que no ocupa el lugar de alguna otra y a la que ninguna compañía distinta podría reemplazar. No le ofrece alguna explicación definitiva sobre su destino, pero teje una retícula apretada de complicidades entre la vida y él. Ínfimas y secretas complicidades que hablan de la necesidad paradójica de vivir, al tiempo que iluminan el absurdo trágico de la vida… De modo que nuestras razones para leer son tan extrañas como nuestras razones para vivir. Y a nadie se le ha otorgado poder para pedirnos cuentas sobre esta intimidad. Los pocos adultos que me dieron a leer se borraron siempre frente al libro y se abstuvieron de preguntarme lo que yo había entendido. A ellos, claro, yo les hablaba de mis lecturas. Vivos o muertos, les regalo estas páginas ».

Daniel Pennac

martes, julio 26

El retrato de Dorian

« …Porque influir en alguien es darle nuestra propia alma [...] »

« Ello hace que no piense con su verdadera mente y que no sienta sus pasiones naturales. Sus virtudes no son reales para él. Sus pecados, si es que existen, son algo prestado. Se convierte en el eco de una música extraña, en actor de algo que no ha sido escrito por él.

El fin de la vida es el propio desenvolvimiento. Realizar nuestra naturaleza perfectamente, para eso estamos aquí. Las personas se asustan de sí mismas. Han olvidado el más alto de los deberes, el deber para consigo mismas. Por supuesto que son caritativas. Dan de comer al hambriento y visten al pordiosero, pero sus propias almas se mueren de hambre y están desnudas.

Ya no tenemos valor; quizá no lo tuvimos nunca. El terror de la sociedad, que es la base de la moral; el terror de Dios, que es el secreto de la religión: éstas son las dos cosas que nos gobiernan. Y aún así…

Y aún así, creo que si los hombres se dispusieran a vivir su vida completamente, enteramente, dando forma a todos los sentimientos, expresión a los pensamientos y realidad a los sueños, el mundo ganaría un impulso de alegría, que nos haría olvidar las enfermedades medievales y nos haría retornar hacia el ideal helénico, hacia algo más bello y rico quizá que el ideal helénico.

Pero el hombre más valiente está asustado de sí mismo. La mutilación del salvaje resurge trágicamente con la propia negación que mancha nuestras vidas. Somos castigados por nuestras negaciones. 


Todos los impulsos que queremos desechar toman fuerza en nuestra mente y la envenenan. El cuerpo peca una vez y se libra de ese pecado, porque la acción es un modo de purificación. No queda en nosotros más que el recuerdo del placer o la lujuria del arrepentimiento. LA ÚNICA FORMA DE VENCER UNA TENTACIÓN ES DEJARSE ARRASTRAR POR ELLA. Resistirla es hacer que el alma desee todas las cosas que se ha prohibido a sí misma y tenga apetencia por lo que sus monstruosas leyes han hecho monstruoso e ilegal.

Alguien dijo que los grandes acontecimientos del mundo tienen lugar en el cerebro. Y es en el cerebro, y solamente en él, donde también tienen lugar los grandes pecados. Usted, míster Gray, usted mismo, con su juventud rosa, habrá tenido pasiones que le hayan asustado, pensamientos que le hayan llenado de terror, días y noches de ensueño cuyo solo recuerdo le hace sentir vergüenza… »


Oscar Wilde

Bajo una pequeña estrella

«Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
•Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
•Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
•Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
•Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
•Que me disculpe el viejo amor por considerar al nuevo el único, el mejor,el primero.
•Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
•Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
•Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
•Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
•Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
•Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara con agua.
•Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
•Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
•Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
•Verdad, no me prestes demasiada atención.
•Solemnidad, sé magnánima conmigo.
•Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu velo.
•No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
•Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
•Sé que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.
•Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras »





Wislawa Szymborska (Polonia, 1923)
Premio Nobel de Literatura 1996

lunes, julio 25

Gestalt ★ ••


« Yo soy Yo
Tú eres ;
Yo no estoy en este mundo
para cumplir tus expectativas.
 Tú no estás en este mundo
para cumplir las mías.

Tú eres Tú
Yo soy Yo;
Si en algún momento
o en algún punto nos encontramos
será maravilloso,
 si no, no puede remediarse.

Falto de amor a mí mismo,
 cuando en el intento de complacerte,
me traiciono.

Falto de amor a ti,
cuando intento que seas como yo quiero
 en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo ».


Fritz Perls

~♫♥[•=•] Pof


domingo, julio 24

Pensamientos sin gritos


« Los errores no se niegan, se asumen
las tristezas no se lloran, se superan
y el amor no se grita, se demuestra ».

sábado, julio 23

Una broma pesada

« Jaime era un tipo excéntrico y divertido, aunque alguna de sus bromas resultaba de dudoso gusto. Supongo que se trataba de una manera de llamar la atención [..] »


« Vivía solo en un apartamento del centro. Tenía una gran obsesión con la muerte. Una vez puso su propia esquela en el periódico. Ese día no abrió a alguien la puerta ni descolgó el teléfono, como si estuviera muerto de verdad. A la mañana siguiente acudió a su propio funeral y recibió en la puerta de la iglesia a los amigos y condolientes, que habían ido a despedirlo por última vez, con la alegría de quien acaba de resucitar.

También pasaba largas temporadas ausente, sin salir ni recibir visitas. Cuando lo llamaba preocupado por su largo silencio, me respondía con una voz que parecía brotar del fondo de una montaña. Durante esos días, se convertía en otro hombre, el protagonista de una de sus bromas, un sonámbulo, un muerto viviente, alguien incapaz de hacer reír a alguien. Hasta que volvía a recobrar su humor negro. Esa forma irónica que tenía de reírse de la vida. Me llevaba muy bien con él, pero me daba miedo que en cualquier instante pudiera ser capaz de realizar una broma demasiado pesada, como de hecho ocurrió más tarde.

Nunca tuvo algún empleo. Jaime había recibido una herencia millonaria de su padre que murió cuando él era todavía un niño y no tuvo necesidad de trabajar para buscarse la vida. Sin embargo, parecía obsesionado en complicársela. Pasaba el tiempo leyendo y viendo películas. Cuando salía a la calle bebía de una forma compulsiva, como si quisiera olvidar todo lo que había visto y pensado en la soledad de su casa. Nunca lo vi borracho. Ni tampoco lo vi serio, ni triste, ni preocupado; excepto cuando se retiraba del mundo y me respondía al teléfono.Un día se le ocurrió poner en el contestador este escueto mensaje: «Estoy muerto». Como es lógico, ninguno de los amigos pensó ni por un momento que fuera cierto. No cabía duda de que se trataba de una nueva broma. Lo llamé varias veces al teléfono fijo y al móvil y en ambos respondía con el mismo mensaje. No pude evitar imaginarlo encerrado en un ataúd con el teléfono sonando en el bolsillo de la americana. Durante meses lo estuve llamando por teléfono sin obtener respuesta. Ya no decía que estaba muerto. Supuse que se habría acabado la batería del móvil. Fui varias veces a su casa pero no abría la puerta ni se oía el más mínimo sonido en el interior. Los vecinos tampoco sabían algo de él. Alguien dijo que una mañana temprano lo vio salir del portal con una maleta. Hoy, dos años después, creo que la voz del mensaje decía la verdad. Quizás algún día resucite y todos nos riamos, pero la tristeza de estos meses nadie nos la quita ».



Garriga Vela

jueves, julio 21

•• De vιaje---> σρєи •••


«Las palabras fluyen 
como una interminable lluvia 
dentro de una taza de papel,
se deslizan al pasar 
se desvanecen...
a través del universo.

Charcos de tristeza, 
olas de felicidad 
pasan por mi mente 
dominándome y acariciándome...

Jai guru deva a om
Nada va a cambiar mi mundo.

Imágenes de luz vacilante
que bailan frente a mí 
como un millón de ojos
me llaman y me llaman 
a través del universo

Pensamientos serpenteantes 
como un viento inquieto 
dentro de un buzón
se tambalean ciegamente 
mientras recorren su camino
a través del universo

Sonidos de risas, 
sombras de la tierra
vienen a mi mente
incitándome e invitándome...
Infinito e inmortal amor 
que brilla a mi alrededor 
como un millón de soles
que me llaman y me llaman 
A través del universo

Jai guru deva om
Jai guru deva om
Jai guru deva ...»







[•=•]ϟϟ ☁
ϟϟ [яαααωя]
þỚƒ ♥ & ☮
↓↓ ☼ ☼ ↓↓

miércoles, julio 20

martes, julio 19

Alegoría del carruaje ๑

«Adelante, el sendero se abre a mi en abanico.Veo los diferentes caminos que podría tomar para llegar a mi destino. Un anciano está sentado sobre una piedra, en la encrucijada.

Me animo a preguntar:
-¿En qué dirección, anciano?
-Depende de lo que busques-
Me contesta sin moverse.
-Quiero ser feliz.- Le digo.
-Cualquiera de éstos caminos
te puede llevar en esa dirección.


Me sorprendo:
-Entonces... ¿Da lo mismo?
-No.
-Tú dijiste...
-No. Yo no dije que cualquiera te llevaría:
Dije que cualquiera puede ser el que te lleve.
-No entiendo.
-Te llevará el que elijas, si eliges correctamente.
-¿Y cuál es el camino correcto?


El anciano se queda en silencio.
Comprendo que no hay respuesta a mi pregunta.
Decido cambiarla por otras:
-¿Cómo podré elegir con sabiduría?
¿Qué debo hacer para no equivocarme?


Esta vez el anciano contesta:
-No preguntes...no preguntes.
Ahí están los caminos.


Sé que es una decisión importante.
No puedo equivocarme...
El cochero me habla al oído. Propone el sendero de la derecha. Los caballos parecen querer tomar el escarpado camino de la izquierda. El carruaje tiende a deslizarse en pendiente, recto, hacia el frente.Y yo, la pasajera, creo que sería mejor tomar el pequeño caminito elevado del costado.

Todos somos uno, y, sin embargo, estamos en problemas.
Un instante después, veo cómo, muy despacio, por primera vez con tanta claridad.El cochero, el carruaje y los caballos se funden en mi. También el anciano deja de ser y se suma,Se agregan los caminos recorridos hasta aquí y cada una de las personas que conocí.No soy algo de eso, pero lo incluyo todo.Soy yo la que ahora, completa, debe decidir el camino.Me siento en el lugar que ocupaba el anciano y me tomo un tiempo, simplemente el tiempo que necesito para tomar esa decisión. Sin urgencias. No quiero adivinar, quiero elegir.

Llueve.
Me doy cuenta que no me gusta cuando llueve.
Tampoco me gustaría que nunca lloviera.
Parece que quiero que llueva solo cuando tengo ganas.
Y, sin embargo, no estoy muy segura de querer verdaderamente eso.
Creo que solo asisto a mi fastidio, como si no fuera mío,como si no tuviera algo que ver.
De hecho no tengo algo que ver con la lluvia.
Pero es mío el fastidio, es mía la no aceptación, soy yo la que ha estado molesta.
 ¿Es por mojarme?
No.
Estoy molesta porque me molesta la lluvia ahora.
Llueve...
¿Debería apurarme?
No.
Más adelante también lloverá.


Qué importa si las gotas me mojan un poco, importa el camino.No importa llegar, importa el camino. En realidad si importa, y mucho, llegar, pero importa más el camino. Nada importa ahora, salvo el camino».

lunes, julio 18

El lamento

«Apreciada señora Lessep:
Muchas gracias por permitirnos leer de nuevo “Los zapatitos de muérdago”. Tras detenido análisis, hemos llegado a la conclusión de que la mencionada obra sigue sin responder a nuestras expectativas. Lamento que la frase “en este momento no responde a nuestras expectativas” la haya llevado a usted a creer que debía presentarla de nuevo. En el mundo editorial, “en este momento” quiere decir “nunca”»

A Whittaker--Director de Soap


Sam Savage

domingo, julio 17

Godfather ★ ••

« No digas que eres inocente Carlo, porque es un insulto a mi inteligencia, y eso no me divierte ».

Reencuentro

« El Mercat de Sant Antoni mostraba una gran animación pero sin llegar a las aglomeraciones que se solían formar cada domingo. Las vacaciones de agosto se hacían notar también en algunos de los puestos en los que solo se veían aquellos viejos y amplios baúles de madera que escondían las mercancías que ese día no iban a ser expuestas.

Aún así pude encontrar varios puestos que ofrecían libros viejos de valor incalculable que, irónicamente, se vendían a 2 ó 3 euros.

Me fijé en un pequeño puesto casi escondido en un recodo. El mostrador apenas una caja de cartón, lo atendía un niño de no más de 12 años y su único artículo expuesto era un tarro de cristal vacío. La gente pasaba de largo como si no existiera pero algo hubo en aquel chico que me hizo pararme ante su menudo y original puesto. Me miraba fijamente pero sin que me molestara su mirada, su expresión era extraña, daba la sensación como si me hubiera reconocido y esperara que yo le reconociera a él.

Al acercarme vi que el tarro no estaba vacío, en su interior se movía un extraño aire violeta .Algo me impulsó a comprarlo.

- ¿Cuánto pides chico?- le pregunté
- No puedo cobrarle por algo que le pertenece. –
me dijo sin dejar de mirarme a los ojos con una expresión tan familiar que me aturdía.

Sorprendido por sus palabras, sopesé el tarro y lo miré por arriba y por abajo. Iba a preguntarle qué era aquello pero al levantar de nuevo la mirada , el chico había recogido su caja de cartón y se perdía ya entre la multitud.

Aquello se movía arrítmicamente: en ocasiones se mostraba agitado y se golpeaba frenético contra la tapa hasta el punto de dar la sensación de que era capaz de mover el tarro mínimamente, en otros momentos giraba lentamente por los laterales, formándose en anillo. Pocos eran los momentos en los que parecía descansar, ocupando toda la extensión del fondo del tarro.

No sólo su movimiento y sus formas variaban, también su color, siempre en tonos índigo, tanto más intensos cuanto más agitado se mostraba. Abrí la tapa con facilidad y me quedé observando como reaccionaba aquello que en su interior se agitaba.

El aire violeta salió despedido del tarro con la forma de un cometa, por un momento quedó suspendido ante mis ojos como si desease que lo recordara, manteniéndose suspendido en forma de una alargada espiral. Finalmente tomó de nuevo su forma de anillo, dio dos vueltas alrededor de mi cabeza, se detuvo de nuevo ante mis ojos y al mismo tiempo que parecía difuminarse y dividirse en pequeños fragmentos desapareció por mis ojos, por mi nariz y por mi sorprendida boca que se mantenía abierta como la del bebé que descubre los sonidos, los movimientos y los colores.

Todo había sucedido en apenas un par de segundos, unos segundos que ralentizados por su intensidad me habían parecido minutos.“No puedo cobrarle por algo que le pertenece”, recordé las palabras del chico.

Descubrí que no era el tarro, ni la frase del niño, ni el aire índigo que había bailado para mí, y me había saludado antes de introducirse en mí, lo que me tenía tan extrañado. 


Era que me sentía bien, extraordinariamente bien, era tal la alegría que sentía por haber recuperado lo que mío era que ninguneaba el dolor que me producía el reconocer que yo mismo lo había extraviado hacía demasiado tiempo ».

viernes, julio 15

Nota permanente


« No permitas que alguien te diga que eres incapaz de hacer algo, ni siquiera yo. Si tienes un sueño, consérvalo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes? La gente que no logra conseguir sus sueños suele decirle a los demás que tampoco cumplirán los suyos ».

The pursuit of happyness 
Christopher Paul Gardner

sábado, julio 2

Always on my mind- Pet Shop Boys


« Little things I should have said and done
I just never took the time
You were always on my mind »
Elvis Presley