« No iba a derramar una lágrima, no iba a malgastar el resto de sus años cocinándose a fuego lento en el caldo de larvas de la memoria, no iba a sepultarse en vida a coser su mortaja dentro de estas cuatro paredes como era tan bien visto que lo hicieran las viudas nativas y seguiría viviendo como siempre y sin quejarse de nada en este moridero de pobres donde había sido feliz
Si algo habían aprendido juntos era que la sabiduría nos llega cuando ya no sirve para nada ».
Gabriel García Márquez