« La aspiración de todo Mito es pasar a formar parte de la Historia; la aspiración de toda Historia es alcanzar el grado de inteligibilidad del MIto. Mito e Historia se necesitan en virtud de lo que respectivamente adolecen: aquél de la mayoría de edad de su hija adusta; ésta de la fascinación que provoca un padre temerario. El Mito educa sin tener que legitimar necesariamente sus presupuestos; la Historia, porque habla desde la legitimidad, no siempre triunfa en su propósito por educar. Pero ambos- Mito e Historia, Historia y Mito-rescatan al hombre del sinsentido. Porque Mito e Historia trabajan con el lenguaje, y el lenguaje del Mito que conspira para ser Historia y el lenguaje de la Historia que anhela convertirse en Mito, son el instrumento que hace tolerable el desconcierto sobre el que la humanidad discurre »
Ricardo Menéndez Salmón