« Un mendigo misterioso llegó a Damasco
Y fue llevado ante el tribunal.
-¿Quién eres?- Le preguntó el juez
-Soy alguien más importante que el jeque-.
Contestó el mendigo.
-No puede ser. Más importante que el jeque es el emir-.
Le dijo el juez. -Soy alguien más importante que el emir-.
Replicó el mendigo.
-Más importante que el emir es el califa-. Le dijo el juez.
-Soy más importante que el califa-. Insistió el mendigo.
-Más importante que el califa sólo es dios-. Le dijo el juez.
-Soy más importante que dios-. Exclamó el mendigo.
-¡Nada es más importante que Dios!-
Gritó el juez lleno de ira.
Entonces el mendigo se levantó del banquillo de los acusados,
Entonces el mendigo se levantó del banquillo de los acusados,
humilló la cabeza y dijo en voz baja:
-¿Nada? Yo soy nada, señor »
Manuel Vicent