« Soy marino, vivo errante,
cruzo por los siete mares
y como soy navegante,
vivo entre las tempestades,
desafiando los peligros que me dan los siete mares.
Cuando el mar está tranquilo
y hay estrellas en el cielo,
entre penas y suspiros
le hablo a la mujer que quiero
y sólo el mar me contesta:
ya no llores, marinero...
Estrellita marinera,
compañera de nosotros
¿Qué noticia tienes ahora
de esa que me trae tan loco?
Si es que todavía me quiere,
dímelo poquito a poco.
Olas altas, olas grandes
que me arrastran y me alejan
cuando anclemos en Tampico,
quédense un ratito quietas,
tan siquiera cuatro noches,
si es que entienden mis tristezas.
Me dicen el siete mares
por que ando de puerto en puerto,
llevando conmigo mismo un amor ya casi muerto.
Yo ya quisiera quedarme juntito a mi gran cariño,
pero esa no fue mi vida, navegar es mi destino »