miércoles, octubre 10

Vida de Chaplin

« A las órdenes del encargado de prensa, Carl Robinson, las mecanógrafas instaladas en el Ritz seguían vaciando los sacos, abriendo los sobres y clasificando la correspondencia. Entre las setenta y tres mil primeras cartas, veintiocho mil solicitaban préstamos o limosnas. Las sumas pedidas variaban entre veinte chelines y cien mil libras esterlinas. Seiscientos setenta y una personas reivindicaban un parentesco próximo o lejano con Chaplin. Miles de mujeres le declaraban su amor adjuntando su retrato a la carta. Los inventores desconocidos, los buscadores de tesoros, los comerciantes, los industriales arruinados, solicitaban una asociación. Se le ofrecían propiedades, antigüedades, cuadros de grandes maestros, niñas gemelas que hacían teatro, una multitud de niños prodigio, comparsas, hoteles amueblados, relojes de oro, automóviles, citas galantes. Una corresponsal enviaba un recibo, solicitando que Chaplin retirara la dentadura postiza de su abuela, empeñada. Muchos sobres no llevaban más señas que estas: Al Rey Charlie. (...) Hemos visto demasiadas películas llenas de violencia, de sexualidad morbosa, de guerra, de crímenes, de intolerancia, que hacen más insostenible todavía la tensión mundial. Si pudiéramos organizar entre las naciones un intercambio en gran escala de películas que no sean una propaganda agresiva, sino que hablen el sencillo lenguaje de los hombres y las mujeres sencillos. Podríamos contribuir a salvar al mundo del desastre ».




Georges Sadoul