“Pueden cortar la cadena de la puerta, pero no pueden obligarnos a jugar”
« Nuestro mayor miedo, no es que no encajemos. Nuestro miedo más profundo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos aterra. "Hacerte menos" no ayuda al mundo. No hay algo de inteligente en opacarse para que los demás no se sientan inseguros junto a ti. Todos deberiamos brillar como hacen los niños, no es el destino de unos cuantos, es el destino de todos y al dejar brillar nuestra propia luz, insconcientemente damos permiso a los demás de hacer lo mismo, y al liberarnos de nuestro propio miedo, automaticamente nuestra presencia libera a otros. Señor, sólo quiero decir: Gracias, usted me salvó la vida ».