« Estimado colega Itamita:
Permíteme felicitarte por tu nuevo trabajo en ForoTV, en el programa "Sin Filtro". Desconozco los motivos, tanto personales como profesionales, que te llevaron a aceptar adherirte a la empresa a la que tanto criticaste durante el proceso electoral de este año. Fue tu decisión personal, es tu vida, eran tus colegas del movimiento estudiantil a los que alienaste y es tu reputación la que sufre.
Quizá en tu proceso de toma de esta decisión pensaste que este trabajo sería la plataforma mediática perfecta para expresar tus ideales estudiantiles, quizá pensaste que podrías aprovechar la oportunidad para levantar la voz y denunciar ante el auditorio del programa en el que ahora participas, los males que aquejan al país. Quizá incluso pensaste que podrías ilustrar a los televidentes en cómo nuestra clase política daña al país, perpetuando líderes sindicales demagogos y estancándolo en reformas cortas de miras en materia económica y social, con poco fondo y aún menor impacto para fomentar el desarrollo de México. Quizá tus intenciones al aceptar trabajar en Televisa sean buenas.
Casi con plena certeza puedo afirmar que no tomaste en cuenta, o no muy a fondo, que ya contabas con cierta proyección mediática que te posicionó como la antítesis de Televisa y TV Azteca, y al aceptar trabajar para Televisa, empresa a la que tú mismo describiste como carente de “orientación social en contenidos y accesos”, perdiste toda credibilidad. Y no sólo eso, dañaste seriamente la imagen del movimiento estudiantil al que pertenecías y al que aprovechaste como plataforma de manera oportunista, y dañaste a la institución educativa de la que son egresados destacados funcionarios públicos, empresarios, intelectuales y académicos que sí son loables y congruentes. Con tus acciones demuestras que lamentablemente las materias del Departamento Académico de Estudios Generales del ITAM de nada te sirvieron. Da la impresión de que pagaste por los créditos de estas materias sin sacarles provecho a lecturas como: “La desaparición de Majorana”, “Hacia una ética mundial” y “Suma contra los gentiles”. Ojalá que después de ver esta carta tengas la oportunidad de releer, o leer por primera vez, las lecturas que menciono para que entiendas mejor de lo que estoy hablando.
Antonio, creo que caerás en cuenta demasiado tarde de que la CONGRUENCIA y la CREDIBILIDAD son de vital importancia para construir una buena reputación, la cual a su vez es necesaria para desenvolverte sin tapujos en el medio en el que recién incursionaste. Temo decirte que tú perdiste ambas al aceptar este trabajo, incluso antes de tener la oportunidad de construir y consolidar una reputación. Temo decirte también que siempre cargarás con el estigma de traidor. No es plausible que al unirte a las filas de Televisa, empresa a la que con tu anterior discurso atribuiste muchos de los peores males que dañan la democracia en México, pretendas combatir su modus operandi y cambiarlo desde dentro. Esta sería la única razón meritoria para que, como uno de los “voceros” del movimiento anti-Televisa #YoSoy132, hayas aceptado colaborar con tu antiguo némesis. No obstante, resulta demasiado ingenuo de tu parte creer que podrás realizar semejante hazaña y que pretendas que los demás lo crean. Esto último incluso es insultante. A la vista de la ciudadanía, y especialmente de tus antiguos compañeros del movimiento, tu motivación fue el dinero y la proyección televisiva que tratas de ganar.
A tu favor, que la mayoría de la población en México tiene memoria de corto plazo en extremo, cuya educación lamentablemente no permite vislumbrar que el locutor del programa Sin Filtro, carece de congruencia, ética profesional y está dispuesto a vender sus principios e ideales. A dejar mal parada a la plataforma que le dio voz. A desdeñar lo perjudicial que es el duopolio televisivo para la democracia en México, democracia que una vez le importó, o al menos hizo la finta de que así era. Es más preocupante aún que demostraste ser consciente de lo que defendías y por qué lo defendías, y que a pesar de ello decidiste tomar este camino, que trates de argumentar que tomaste la mejor decisión, que no tuviste otra opción para trasmitir tus ideas a más personas, que pretendas que creamos que no te vendiste. Con paga o sin ella, a lo que tú hiciste se le llama traición.
Tu reputación y tu buen nombre difícilmente podrás recuperarlos. Aparentemente, ya no viven en ti los principios de estudiante de ciencia política que alzó la voz cuando atentaron contra sus derechos ciudadanos, cuando las televisoras privilegiaron a un candidato presidencial sobre los demás y cuando la información y el periodismo responsable se hicieron ausentes durante las campañas electorales. Cito a una maestra del Departamento de Ciencia Política del ITAM que siempre alza la voz, la Dra. Denise Dresser; al igual que ella hacía alusión a Gabriel Quadri y su candidatura con Nueva Alianza, para tu caso aplica atinadamente que “las ideas que cargas contigo no son suficientes para limpiar la cloaca en la cual has decidido pararte, […] como si pudieras deslindarte” de la televisora para la que trabajas.
Con toda sinceridad espero que seas un caso aislado. Que mis demás colegas Itamitas no vendan sus principios y que tampoco estén dispuestos a comprometer su reputación y a que la pisoteen, y a que se cuestione la integridad de los alumnos de nuestra Alma Mater, ni por un peso ni por cinco millones »
Quizá en tu proceso de toma de esta decisión pensaste que este trabajo sería la plataforma mediática perfecta para expresar tus ideales estudiantiles, quizá pensaste que podrías aprovechar la oportunidad para levantar la voz y denunciar ante el auditorio del programa en el que ahora participas, los males que aquejan al país. Quizá incluso pensaste que podrías ilustrar a los televidentes en cómo nuestra clase política daña al país, perpetuando líderes sindicales demagogos y estancándolo en reformas cortas de miras en materia económica y social, con poco fondo y aún menor impacto para fomentar el desarrollo de México. Quizá tus intenciones al aceptar trabajar en Televisa sean buenas.
Casi con plena certeza puedo afirmar que no tomaste en cuenta, o no muy a fondo, que ya contabas con cierta proyección mediática que te posicionó como la antítesis de Televisa y TV Azteca, y al aceptar trabajar para Televisa, empresa a la que tú mismo describiste como carente de “orientación social en contenidos y accesos”, perdiste toda credibilidad. Y no sólo eso, dañaste seriamente la imagen del movimiento estudiantil al que pertenecías y al que aprovechaste como plataforma de manera oportunista, y dañaste a la institución educativa de la que son egresados destacados funcionarios públicos, empresarios, intelectuales y académicos que sí son loables y congruentes. Con tus acciones demuestras que lamentablemente las materias del Departamento Académico de Estudios Generales del ITAM de nada te sirvieron. Da la impresión de que pagaste por los créditos de estas materias sin sacarles provecho a lecturas como: “La desaparición de Majorana”, “Hacia una ética mundial” y “Suma contra los gentiles”. Ojalá que después de ver esta carta tengas la oportunidad de releer, o leer por primera vez, las lecturas que menciono para que entiendas mejor de lo que estoy hablando.
Antonio, creo que caerás en cuenta demasiado tarde de que la CONGRUENCIA y la CREDIBILIDAD son de vital importancia para construir una buena reputación, la cual a su vez es necesaria para desenvolverte sin tapujos en el medio en el que recién incursionaste. Temo decirte que tú perdiste ambas al aceptar este trabajo, incluso antes de tener la oportunidad de construir y consolidar una reputación. Temo decirte también que siempre cargarás con el estigma de traidor. No es plausible que al unirte a las filas de Televisa, empresa a la que con tu anterior discurso atribuiste muchos de los peores males que dañan la democracia en México, pretendas combatir su modus operandi y cambiarlo desde dentro. Esta sería la única razón meritoria para que, como uno de los “voceros” del movimiento anti-Televisa #YoSoy132, hayas aceptado colaborar con tu antiguo némesis. No obstante, resulta demasiado ingenuo de tu parte creer que podrás realizar semejante hazaña y que pretendas que los demás lo crean. Esto último incluso es insultante. A la vista de la ciudadanía, y especialmente de tus antiguos compañeros del movimiento, tu motivación fue el dinero y la proyección televisiva que tratas de ganar.
A tu favor, que la mayoría de la población en México tiene memoria de corto plazo en extremo, cuya educación lamentablemente no permite vislumbrar que el locutor del programa Sin Filtro, carece de congruencia, ética profesional y está dispuesto a vender sus principios e ideales. A dejar mal parada a la plataforma que le dio voz. A desdeñar lo perjudicial que es el duopolio televisivo para la democracia en México, democracia que una vez le importó, o al menos hizo la finta de que así era. Es más preocupante aún que demostraste ser consciente de lo que defendías y por qué lo defendías, y que a pesar de ello decidiste tomar este camino, que trates de argumentar que tomaste la mejor decisión, que no tuviste otra opción para trasmitir tus ideas a más personas, que pretendas que creamos que no te vendiste. Con paga o sin ella, a lo que tú hiciste se le llama traición.
Tu reputación y tu buen nombre difícilmente podrás recuperarlos. Aparentemente, ya no viven en ti los principios de estudiante de ciencia política que alzó la voz cuando atentaron contra sus derechos ciudadanos, cuando las televisoras privilegiaron a un candidato presidencial sobre los demás y cuando la información y el periodismo responsable se hicieron ausentes durante las campañas electorales. Cito a una maestra del Departamento de Ciencia Política del ITAM que siempre alza la voz, la Dra. Denise Dresser; al igual que ella hacía alusión a Gabriel Quadri y su candidatura con Nueva Alianza, para tu caso aplica atinadamente que “las ideas que cargas contigo no son suficientes para limpiar la cloaca en la cual has decidido pararte, […] como si pudieras deslindarte” de la televisora para la que trabajas.
Con toda sinceridad espero que seas un caso aislado. Que mis demás colegas Itamitas no vendan sus principios y que tampoco estén dispuestos a comprometer su reputación y a que la pisoteen, y a que se cuestione la integridad de los alumnos de nuestra Alma Mater, ni por un peso ni por cinco millones »
Rafael García Lobato
Ex-alumno de Relaciones Internacionales del ITAM
CU: 99540