« Cada paso,
Un pulso con la muerte.
Cada exhalación
Huele a despedida.
Un instante es triste
Si una vida es larga.
Cada mujer,
Un pulso con tu nombre.
Cada exhalación
Huele a tu perfume.
Un instante es un olvido,
Si habitas para siempre en mi recuerdo.
Hay noches fúnebres,
Noches de euforia irracional
Y simplemente hay noches
En que pesa
Un montón de risas no tenerte.
Pero hay noches,
Que si pudieras verlas
Desde tu ausencia tenue y fría,
De pronto inútilmente contemplaras
Las grietas de mis ojos,
Los hoyos de mi alma;
Y de pronto, tan de pronto
Como patria al exiliado,
Como mugre entre tus uñas,
Vieras el bosquejo tuyo,
Atrapado
Entre la yema de mis dedos »
César Cano