« MAESTRO: Has de aprender a distinguir bien entre la cosa y aquello que es sólo una imagen de ella, entre esa soberanía y que es sustancial, y que se encuentra en el terreno o Naturaleza internos, y la que es imaginaria, y que se encuentra en una forma o semejanza externa; entre lo que es propiamente angelical y aquello que tan sólo es bestial. Si ahora riges sobre las criaturas solamente de modo externo y no desde el terreno exterior de tu naturaleza renovada, que es el correcto, entonces tu voluntad y tu regencia serán verdaderamente de una clase muy bestial, y el tuyo será en el mejor de los casos un gobierno imaginario y transitorio, carente de lo que es sustancial y permanente, que es lo único que debes desear y lo único por lo cual esforzarte. Es así que dominando externamente sobre las criaturas, te es muy fácil perder la sustancia y la realidad, no quedándote sino la imagen y sombra de tu primer y original dominio, con el cual puedes ser investido de nuevo, si eres sabio, y tomas tu investidura del señor supremo en el curso y manera apropiados. Mientras que por tu voluntad y regencia de un modo bestial introduces también tu deseo en una esencia bestial, por medio de lo cual te infectas y te vuelves cautivo en ella, obteniendo así una naturaleza y una condición de vida bestiales. Pero si te has desprendido de tu naturaleza bestial y feroz, si has dejado la vida imaginaria y abandonado la baja condición figurada de ella, has llegado a la sobre imaginación y a la vida intelectual, un estado de vida que se halla por encima de las imágenes, las figuras y las sombras. Y así regirás sobre todas las criaturas, habiéndote reunido con tu origen en ese mismo cimiento o fuente del cual fueron y son creadas; y de aquí en adelante nada de la tierra podrá dañarte. Pues eres como todas las cosas; y nada es distinto de ti »
Jakob Bohme