sábado, octubre 13

Hunger and Thirst

« El momento de silencio antinatural terminó como si se hubiera conservado con su sueño. Escuchó los sonidos que estaba acostumbrado a escuchar. Un camión rechinando sus marchas, girando las ruedas. Un tren elevado retumbando en la estación, disminuyendo la velocidad para detenerse, arrancar de nuevo y aullando dentro de los cristales grisáceos. Y la completa amalgama, el intangible patrón de ruido que una ciudad formaba por sí misma. Pensó – Tiene que ser por la mañana temprano, debería levantarme. No era capaz de moverse.

Los extremos de su boca se curvaron hacia abajo. Los rabillos de sus ojos se arrugaron. Su rostro, en sueños o despierto, reflejó la ira creciente que sentía. No era miedo o premonición. Simplemente se estaba poniendo furioso. Porque había dicho que era por la mañana. Veía claramente que era por la mañana y aunque se había dicho a sí mismo que había que levantarse, no podía hacerlo. Así que se dijo de nuevo a sí mismo – Levántate, levántate, no importa esto. Pero añadió para sí rápidamente, secretamente – Si resulta que no puedes moverte entonces obviamente esto es un sueño porque sólo en un sueño podría ocurrir tal cosa porque…

Intentó levantar los brazos. Pero sus brazos no se levantaron. Podrían haber estado remachados a la cama. Su cuerpo entero podría haber estado clavado como algún Cristo horizontal extravagante. Los dedos de su mano derecha sólo hormigueaban. Los miró. Paseó la mirada de un brazo a otro, con una sensación creciente de irrealidad completa.

La habitación estaba moviéndose de nuevo, agitándose y temblando. Se estaban formando nubes en las esquinas de nuevo. Un sueño, saltaba a la vista, un sueño, empezó a afirmar. Pero continuó intentándolo, de todos modos. Vamos, le dijo a su cuerpo, prepara tu pierna izquierda, deslízala sobre el borde de la cama y siéntate.

No era capaz de hacerlo.

Olvidando su idea de que estaba soñando dejó que un sonido de alarma llenara su garganta como un gimoteo. Intentó hablar »

Richard Matheson