« Mira cómo estoy sin final ni principio, mira cómo mi piel está expuesta a las heridas. Mira cómo me dueles. Mira cómo viajo de la lucidez a la locura. Mira que intento irme pero siempre vuelvo a caer a tus brazos que están tan heridos como los míos. El golpe es así profundo, el corazón deja de latir y el calor de la sangre se va dejando un frió desolador. Mira cómo intentamos buscar respuestas y nos quedamos con más dudas que nublan los días. Mira cómo mi frustración se convierte en ira que dejo amarrada a mi perro de presa. Mira cómo te miro, mira cómo te extraño y mira cómo me alejo para pronto volver a caer al mismo lugar del que escapé ayer.
Tengo ganas de soltar una tormenta en tu pecho, degradarme y volver armarme en tu cintura. Tengo ganas de tenerte, de que me tengas y me desprecies. Tengo ganas de que me hieras, que lastimes mi carne y ensucies mi sangre. Tengo ganas de no tenerte, de estar solo, de buscar tu mano y no encontrarla. Tengo ganas de temerte, de odiarte, tengo ganas de no tenerte más ».
Tengo ganas de soltar una tormenta en tu pecho, degradarme y volver armarme en tu cintura. Tengo ganas de tenerte, de que me tengas y me desprecies. Tengo ganas de que me hieras, que lastimes mi carne y ensucies mi sangre. Tengo ganas de no tenerte, de estar solo, de buscar tu mano y no encontrarla. Tengo ganas de temerte, de odiarte, tengo ganas de no tenerte más ».
Baruc Sánchez