« Un humor es cualquier cualidad peculiar que de tal modo toma posesión de un hombre que tira de todos sus afectos, de sus ánimos, de sus fuerzas, y en toda ocurrencia los hace correr por el mismo camino.
(...)
La proporción en la que se combinan los humores en el cuerpo determina los distintos temperamentos:
En EL SANGUÍNEO la sangre es dominante. Los sanguíneos suelen distinguirse por su rostro pálido, por dormir mucho, soñar con cosas agradables e irritarse con facilidad.
EL COLÉRICO, que está bajo el influjo de la bilis, es alto y delgado y vive en medio de permanentes arrebatos y de sueños resplandecientes, llenos de truenos y de cosas peligrosas.
EL MELANCÓLICO, tiene entre sus síntomas del comportamiento el insomnio, las pesadillas y las opiniones intransigentes, siendo un humor propicio para asumir la vida retirada, dedicada al estudio y a la meditación.
EL FLEMÁTICO fue considerado como el peor de los cuatro; a él se asociaban la gordura, el sueño excesivo y la lentitud en el aprendizaje ».
Ben Jonson