« Electrodos en mi cerebro hacen cosquillas, de repente está dormido y ves su imagen a tu lado tapándose voluntariamente una leve sonrisa, todo desaparece, sólo quedan dos y de repente te sorprende un mar marrón de luces que desde cerca parecen decir tu nombre, todo se apaga y vuelves a estar, tú, despierto en una plaza. Soportas todo su peso ante un millar de personas que contemplan sin entender el reencuentro de mis sensaciones contigo, entonces, desaparecen y el espacio es cero, tiempo cero. Vuelves a bucear en mi interior y desnudas cada uno de mis sentidos, es corto, siento como si hubiese vivido en ese momento toda mi vida. Naces aquí y morirás después de esto, tú desapareces, y pienso que no era el objetivo, por favor, no dejes que el olvido acabe conmigo y que el dolor nos lleve al odio, que nos lleve ¿Qué más puede pasar? para que nada nos separe, que nada nos una, como de costumbre fuimos demasiado tontos ya, en mal momento has preguntado ».