sábado, octubre 20

Vengo de mirarte


« Vengo de mirarte, campo doloroso, 
cuando son triste leña tus encinas, 
cuando en rigores de tu polvo inclinas 
sus mutilados miembros en reposo 
y en tus huellas del ciervo sin camino 
se alberga el yerto ruiseñor piadoso 
segado, en pluma tierna, de su trino. 
Aquel manso nivel de tus verdores 
invadido de piedras calcinadas 
y de arenas estériles, cansadas; 
aquella carne que prestaba flores, 
endurecida en ásperos osarios 
negando su alta savia y sus colores 
a los raidos musgos centenarios »

Dionisio Ridruejo