lunes, octubre 22

Hasta mañana


« Voy a cerrar los ojos en voz baja,
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte, que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos,
tan pequeño que a Dios invoco,
pero nada le pido,
con tal de compartir apenas este universo
que hemos conseguido por las malas
y a veces por las buenas.

¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda.
Es un abismo.

No me lo digan cuando me despierte »
 



Mario Benedetti