jueves, octubre 25

El loco

« Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió:

Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:

-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:

-Miren! ¡Es un loco!

Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:

-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!

Así fue que me convertí en un loco.

Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.

Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón ».



Gibran Khalil Gibran


 "El Loco" es una obra del escritor libanés Gibran Khalil Gibran publicada por primera vez en el año 1918. Gibran era poeta, pintor, novelista y ensayista. Esta obra es muy corta, trata de un hombre que se consideraba loco a sí mismo y en los capítulos de la historia relata varias anécdotas. Consta de una introducción hecha por él mismo y 34 capítulos también muy pequeños. A los 11 años emigra a Estados Unidos cuando gran parte de su familia decide ir allí en busca de nuevas oportunidades para trabajar y vivir. Antes de ese viaje, aprende de otras personas, entre ellas su abuelo materno, del conocimiento del arte y del saber universal, que utilizó como base para la literatura y la pintura. Ya con el tiempo aprendió y cultivó con devoción el inglés, lengua que haría famosas sus novelas, aunque no olvidó el árabe, que perfeccionó tras su regreso a Líbano en 1898. Este es un pequeño extracto del citado libro donde nos plantea basicamente hasta qué punto el precio de la libertad nos condiciona a que se nos considere locos a los ojos de la sociedad, aunque esta ficticia libertad que tanto nos ha costado abrazar realmente de nada nos vaya a salvar.