jueves, octubre 25

Casting

« La mayoría de la gente da por hecho el proceso de comunicación, sin saber realmente lo que es. Actuar es primordialmente un acto de comunicar. No es suficiente con que el actor sienta, si no logra comunicar ese sentimiento.

Cuando una escena falla, el intérprete con frecuencia me dice: “Pero si yo lo sentía”. Si ese sentimiento no logra transmitirse al otro personaje sobre el escenario, de nada sirve. Esto debe ocurrir internamente, pero la existencia secreta dentro de uno mismo no basta; es preciso tener la necesidad de que lo sienta el otro personaje.

La comunicación es un círculo y no una vía de un solo sentido. Esta confusión nos lleva a escuchar con frecuencia: “Se lo dije”, como si decir las cosas fuera suficiente. Si el otro no ha recibido el mensaje es porque no ha habido comunicación. Se necesitan dos elementos para comunicar: el emisor y el receptor. El receptor debe reconocer el mensaje y enviar una respuesta al emisor, completando así el círculo indispensable de la comunicación.

Esto impone una obligación constante al emisor: estar seguro de que su mensaje es claro y verificar que ha sido recibido. Por su parte, el receptor tiene la obligación de esta seguro de que ha recibido el mensaje y que puede reproducirlo, y además hacer saber al emisor que lo ha recibido. Sin este proceso de reproducir y duplicar no existe comunicación.

La comunicación no es fácil. Todos tendemos a una cierta pereza, y pensamos: “Yo ya lo dije, es su culpa si no lo entiende”. Cada vez que pensamos eso, la comunicación falla. Comunicarnos es difícil sobre todo porque debemos desempeñar dos papeles al mismo tiempo: el de emisor y el de receptor. Muchos de nosotros preferimos interpretar un solo papel, convencidos de que no estamos preparados para la actitud esquizofrénica de ser dos personas al mismo tiempo. Pero si ha de existir comunicación en el escenario es preciso convertirnos en ambos ».


Michael Shurtleff
La comunicación en el teatro y en la vida.