domingo, noviembre 11

Sociedad de los poetas muertos

« (Profesor Keating) —Esa foto del tío Walt,
¿A quién le recuerda? No piense, conteste, ¡vamos!
(Todd Anderson) —A... A... A un loco.
PK — ¿Qué clase de loco? No lo piense, sólo contésteme.
TD — A un loco chiflado.
PK — Aún puede llegar más lejos, libere su mente, use la imaginación.
Diga lo primero que le pase por la mente, aunque sea un galimatías.
TD — Un... Un loco de dientes sudorosos.
PK — ¡Caramba, muchacho! Lleva un poeta dentro después de todo.
Bien, cierre los ojos, cierre los ojos, ¡ciérrelos! Bien, descríbame lo que ve.
TD — Cierro los ojos... Y su imagen flota junto a mí.
PK — ¡Un loco de dientes sudorosos!
TD — Un loco de dientes sudorosos, con una mirada que martillea mi cerebro.
PK — ¡Oh! ¡Esto es excelente! Pero déle acción, hágale hacer algo.
TD — Sus manos se extienden y me alcanzan.
PK — Eso es, maravilloso, ¡maravilloso!
TD — Y refunfuña todo el tiempo.
PK — ¿Qué es lo que dice?
TD — Dice la verdad. La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos.
(carcajadas)
PK
 — No, no les haga caso, siga con la manta, hábleme de esa manta.
TD — La estiras, la extiende y nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas, pero no llega a cubrirnos. Y desde que llegamos, llorando, hasta que nos vamos muriendo, sólo nos cubre la cara, mientras gemimos, lloramos y gritamos ».



Diálogo de El club de los poetas muertos.
Dirigida por Peter Weir con guión de Tom Schulman