martes, abril 3

Al "viejo" hache

« Cuando era como tú
me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte es una redundancia.

¿A quién se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas
que la patria o la tumba era otro pleonasmo?
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.

Realmente botija, no sabian un corno
pobrecitos, creían que "libertad"
era tan sólo una palabra aguda,
que "muerte" era tan sólo grave o llana
y "cárceles", por suerte, una palabra esdrújula.

Olvidaban poner el acento en el hombre.
La culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y éstos sí,¡cómo nos ensartaron!
con la limpia república verbal
cómo idealizaron la vidurria 
de vacas y estancieros
y cómo nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.

Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede,
por eso estoy aquí,
mirándote y echándote de menos...

Por eso es que 
no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos.

Tú sabés que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio
y jugué, por ejemplo, a los ladrones
y los ladrones eran policías,
y jugué, por ejemplo, a la escondida
y si te descubrían te mataban,
y jugué a la mancha y era de sangre.

Botija, aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides;

Por eso no te oculto que me dieron picana,
que casi me revientan los riñones,
todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos miran hipnotizados
son durísimos golpes, son botas en la cara.

Demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.

Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló o puteó como un loco,
que es una linda forma de callar.

Que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos
y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina, en qué bar
qué parada, qué casa,
y que acordarse de ti,
de tu carita,lo ayudaba a callar.

una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de vergüenza...

Por eso ahora me puedes preguntar
y sobre todo, puedo yo responder;

Uno no siempre hace lo que quiere,
pero tiene el derecho de 
no hacer lo que no quiere.

Llora nada más, botija
son puras  macanas , esas de que 
"los hombres no lloran":
aquí lloramos todos,
gritamos, berreamos, 
moqueamos, chillamos
maldecimos.

Porque es mejor llorar que traicionar,
porque es mejor llorar que traicionarse.
llora, pero no olvides »



Mario Benedetti