sábado, octubre 24

Las uvas de la ira

 

"— No, señor — dijo—. Sencillamente no sé a dónde va a llegar este país. Ayuda social incluida.


Casy intervino:


— He estado recorriendo la región. Todo el mundo se pregunta eso. ¿A dónde vamos a llegar? A mí me parece que nunca llegamos a ninguna parte. Siempre estamos en camino, siempre yendo. ¿Por qué no piensa la gente en eso? Ahora hay movimiento, gente moviéndose. Sabemos porqué y también cómo. Porque se ven obligados a ello. Ésa es siempre la causa. porque aspiran a algo mejor de lo que tienen. Y esa es la única forma de conseguirlo. Lo quieren y lo necesitan, así se mueven y lo consiguen. Que le hieran es lo que hace que la gente se enfurezca hasta el punto de luchar. Yo he estado caminando por el campo y he oído a la gente hablar como usted.

El gordo bombeó la gasolina y la aguja del surtidor fue girando al registrar la cantidad.


— Sí, pero a dónde va a llegar todo esto. Eso es lo que quisiera saber.


Tom interrumpió irritado:


— Bueno, pues nunca lo sabrá. Casy intenta explicárselo y usted simplemente vuelve a hacer la misma pregunta. Ya he conocido antes a gente como usted. No es que pregunte nada; usted se limita a cantar una especie de canción: ¿A dónde vamos a llegar? Usted no quiere saberlo. La gente se está moviendo, yendo a distintos lugares. Hay gente muriendo a su alrededor. Quizá usted muera pronto, pero no sabrá nada. He visto demasiados tipos como usted. no quiere saber nada. Lo único que quiere es cantarse una nana para quedarse dormido: "¿A dónde vamos a ir?"


John Steinbeck

 (1939)


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