sábado, noviembre 3

Dedicatoria. Varsovia 1945

« Vosotros,
a quienes no pude salvar
Escuchadme.
Intentad entender estas simples palabras,

ya que de otras me avergonzaría.
Os juro que en ellas no hay hechicería.
Os hablo en silencio como una nube, como un árbol.

Aquello que me fortaleció a mí,

para vosotros fue mortal.
Confundisteis el adiós a una época,

con el advenimiento de una nueva
–Odio confabulado de belleza lírica.
Fuerza ciega de forma completa.

He aquí un valle polaco de ríos anémicos.

Y un inmenso puente perdiéndose en la niebla.
He aquí una ciudad vencida,
Y el viento arroja alaridos de gaviotas sobre vuestra tumba
Mientras os hablo.

¿Qué clase de poesía es aquella que no salva
Naciones o pueblos?
Una conspiración de mentiras oficiales.
Una tonadilla de borrachos

cuyas gargantas serán cortadas de inmediato,
Una conferencia para señoritas.
He deseado la buena poesía sin saberlo,
He descubierto, ya tarde, su saludable objetivo.
En ella y sólo en ella, encuentro salvación.

Se solía esparcir millo o alpiste sobre las tumbas
Para alimentar a los muertos

que volvían disfrazados de pájaros.
Aquí os dejo este libro,

vosotros quienes alguna vez vivisteis
Para que nunca más volváis ».



Czeslaw Milosz