« Cada hora del hombre es un lugar vivo de nuestra existencia que ocurre una sola vez, irreemplazable para siempre. Aquí reside la tensión de la vida, su grandeza, la posibilidad de que la inasible fugacidad del tiempo se colme de instantes absolutos, de modo que, al mirar hacia atrás, el largo trayecto se nos aparece como el desgranarse de días sagrados, inscritos en tiempos o en épocas diferentes »
« He visto algunas películas donde la alienación y la soledad son tales que las personas buscan amarse a través de un monitor. Por no hablar de esas mascotas artificiales que inventaron los japoneses, que no sé qué nombre tienen, que se las cuida como si vivieran, porque tienen “sentimientos” y hay que hablarles. ¡Qué basura y qué trágico pensar que ésa es la manera que tienen muchas personas de expresar su afecto! Un juego siniestro cuando hay tanto niño tirado por el mundo, y tanto noble animal camino a la extinción ».
Ernesto Sabato