miércoles, septiembre 25

¿Por qué usamos los símbolos de ¡¿ en el castellano/español y los otros idiomas no?

« Esta es una pregunta que cualquiera que se haya sentado frente a un teclado “no-hispano” se debe haber hecho más de una vez. Y la respuesta, como casi siempre que tiene que ver con nuestro idioma, tiene que ver con la RAE (Real Academia Española). 

Estos símbolos muchas veces cansones fueron introducidos en el siglo XVIII por la RAE, y con el tiempo fueron siendo aceptados y empezaron a hacer parte de nuestro idioma (así como también idiomas bastante cercanos al castellano/español, como el catalán). Y la razón por la cual la RAE los introdujo y fueron ampliamente aceptados es porque son muy necesarios debido a la sintaxis de nuestro idioma, en el cual no es muy claro si una frase empieza como una pregunta, una exclamación o una frase común y corriente, mientras que en otros idiomas sí lo es sin la necesidad de estos símbolos. 

Para entender esto mejor miren esta frase:

Hay un árbol en la casa.

Para convertirla en una pregunta, en castellano/español, no tenemos que hacer nada más que añadirle los símbolos de interrogación. 

¿Hay un árbol en la casa? 

Si no tuviéramos el símbolo de (¿) no sería del todo claro desde el comienzo de la frase si se trata de una pregunta o no, y por lo tanto este símbolo se vuelve necesario en nuestro idioma, mientras que en otros idiomas la sintaxis es diferente si se trata de una frase normal o una pregunta. Así tenemos:

Hay un árbol en la casa.
There is a tree in the house.
Il ya un arbre dans la maison

Y ahora

¿Hay un árbol en la casa?
Is there a tree in the house?
Y at-il un arbre dans la maison?

Así vemos que en otros idiomas la sintaxis de las frases cambian si se trata de una pregunta o no, y por lo tanto no hay necesidad de “marcar” desde el inicio de la frase si se trata de una pregunta o no, mientras que en el castellano/español no hay ninguna diferencia, y por lo tanto es necesario el uso de dichos símbolos para marcar si se trata de una pregunta o no, símbolos que, aunque un poco cansones, hacen único y diferente nuestro idioma y nuestros teclados ».


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