domingo, julio 22

Alejandro, El Grande

« Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:

1 – Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los más destacados e inteligentes médicos de la época.

2 – Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y..

.3 – Que, durante el cortejo fúnebre, sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, a la vista de todos.


Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.

Alejandro le explicó:

1 – Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen algún poder sobre la muerte, ya que en algún momento no podrán curar el proceso de las enfermedades terminales, y, por lo tanto, siempre se verán imposibilitados para evitar la muerte de alguien, por más amado o importante que ese alguien sea.

2 – Quiero que el suelo sea cubierto por las riquezas que logré durante mi vida, son sólo posesiones temporales y quiero que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, se quedarán aquí mismo en la tierra. Somos sólo administradores temporales de las riquezas que obtenemos en nuestra vida.

3 – Y por último, quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que venimos con las manos vacías y con las manos vacías nos retiramos de la vida »