jueves, diciembre 8

Los hijos de la tierra


« - Nunca le he dicho algo así a una mujer: te amo.

(...) - Jondalar, ¿qué significa 'amo'?- hablaba seriamente y parecía algo molesta.

Se arrodilló delante de ella.

- Es una palabra que debí explicarte mucho antes. El amor es el sentimiento que tienes por alguien a quien quieres. Es lo que una madre siente por sus hijos o un hombre por su hermano. Entre un hombre y una mujer, significa que se quieren tanto que desean compartir su vida, no separarse nunca.

Ayla cerró los ojos, sintió que le temblaba la boca al oír sus palabras. ¿Habría oído bien? ¿Comprendía realmente lo que era?

- Jondalar -dijo-. No conocía esa palabra, pero sabía su significado. He sabido el significado de esa palabra desde que llegaste, y cuanto más tiempo pasabas aquí, mejor lo sabía. ¡He deseado tantas veces saber saber la palabra que tuviera ese significado!- cerró los ojos, pero no podía contener las lágrimas de alivio y de dicha-. Jondalar..., yo también... amo.

El hombre se puso en pie levantándola también a ella y la besó tiernamente, sujetándola como un tesoro recién hallado que no quisiera perder ni romper. Ella le rodeó el cuerpo con los brazos y le sujetó como si fuera un sueño que podría disiparse si lo soltaba. Él le besó la boca y el rostro salado de lágrimas, y cuando ella reposó la cabeza contra él, hundió el rostro en el cabello dorado y revuelto para secarse también los ojos.

No podía hablar; sólo podía tenerla abrazada y maravillarse por la increíble suerte que tuvo al encontrarla. Había tenido que viajar hasta los confines de la Tierra para hallar una mujer a la que pudiera amar, y ahora nada le obligaría a dejarla »


Jean M. Auel