lunes, junio 13

Amar lo que es

"Al desarrollarnos, las personas aprendemos la borrosidad de nuestros conceptos sobre el bien y el mal, y nos volvemos más relativos y flexibles. La grandeza humana y la verdadera compasión no vienen de sentirnos buenos, sino de sabernos malos e imperfectos y amarnos y amar con ello. Es a través de lo imperfecto como nos igualamos con los demás. Por el contrario, quienes se sienten mejores o más justos que los demás siembran como consecuencia inevitable una cierta violencia. En el fondo, todo maltrato interpersonal crece de una semilla muy simple: alguien que en su fuero interno o externo dice «soy mejor o peor que tú». El escenario en el que fermenta la violencia requiere bailar una danza en la que unos interpretan el papel de perseguidores (soy mejor que tú), otros el de víctimas (soy peor que tú) y otros el de supuestos salvadores (soy mejor que ambos). Juegos que sólo desembocan en sufrimiento. Y es que todo sufrimiento humano tiene su raíz en una distinción no funcional entre el bien y el mal. Todos llevamos incorporado de una manera automática una especie de barómetro, a menudo inconsciente, que reacciona ante los asuntos de la vida con dos posiciones básicas: bueno o malo, correcto o incorrecto, con toda una escala de matices e intensidades. Ante lo que consideramos como bueno sentimos nuestro derecho a apreciarlo y ante lo que consideramos como malo nuestro derecho a rechazarlo".


Joan Garriga

Vivir en el alma




No hay comentarios:

Publicar un comentario