jueves, marzo 18

El surrealismo de Pizarnik

 

"El viento como un loco en llamas estrangulando árboles. La quietud de la tarde se abraza a mi nada. El viento suspira debido a un orgasmo que le sobrevino mientras besaba al árbol. La canción de la infancia duerme en una isla del Pacífico preñada de melodías que hacen morir de dolor a los dioses de la sangre. Todo calla. Como si el mundo fuera el infierno. ¿Sabe el mundo que el infierno es él mismo? Ni las arenas sospechan que la sed del mar es otra cosa que sed. Nada es sino la sed. La sed o la carencia. Pero se me caen los deseos, se me caen las ansias y la infancia. Un poco de tregua, por favor. Mas no… Han invadido la casa de la sangre. Yo no comprendo nada. Me deliro. Me desplumo. ¿Estará bien conducirse así o no será mejor darle la razón a la muerte? Una muchacha huye bajo la sonrisa de la luna, corre, corre, no hay tiempo que perder. La tumba espera."

Alejandra Pizarnik

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