viernes, septiembre 2

Amor, odio y aceptación


« El mecanismo de proyección –del cual derivan tantos otros- constituye la primera y fundamental medida de seguridad contra el dolor, los ataques y el desamparo. Este proceso permite que todas las sensaciones o sentimientos penosos y desagradables a la mente queden automáticamente relegados al exterior como si pertenecieran a otro ámbito que no es el nuestro. Desechamos y repudiamos estos sentimientos como patrimonio nuestro; expresándolo en forma poco gramatical pero muy psicológica, los atribuimos “contra” el prójimo. En la medida que reconocemos estas fuerzas destructivas como propias proclamamos que han surgido de manera arbitraria, por culpa de agentes externos, y que deben volver al sitio que les corresponde »
J. Reviere

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