« A ver, ¿por qué estás aquí?. No es por la pasta, un funcionario de categoría salarial máxima como yo se embolsa por lo menos... ¿75.000 al año?,con eso no se puede comprar un coche deportivo decente, ¿verdad?. No es por el sexo. Esto no te servirá para echar un polvete: ¡ah, es higienista dental!, yo soy agente de la CIA en Moscú... por favor. ¿Qué hay de la fama?, nuestros fracasos se conocen... nuestros éxitos no. Ese es el lema de la empresa. Si salvas el mundo te envían a un sótano polvoriento de Langly. Te dan limonada y galletas y te enseñan tu medalla, ni siquiera puedes llevártela a casa. No es ni por el sexo, ni el dinero, ni la fama... ¿entonces por qué es?. Yo creo que todos estamos aquí en esta sala por que tenemos fe. Creemos en el bien y en el mal y optamos por el bien, creemos por la justicia y por la injusticia y optamos por la justicia. Nuestra causa es justa, nuestros enemigos están por todas partes. Uno acaba por atravesar el espejo de ésta gran verdad: Lo que oigas, lo que veas... nada, nada es lo que parece »
Al Pacino