« Tengo malas noticias para ti.
Dicho en otras palabras: si te dejo 200.000 euros para pagar un piso, que ahora te tengo que embargar porque no puedes pagar, y resulta que ese piso ya no vale 200.000 sino 160.000 o menos, resulta que los dos hemos perdido dinero con el negocio (tú, todas las cuotas que hubieras adelantado por ese piso que pensabas que sería tuyo algún día y ahora te embargan; yo, por haberte prestado un dinero que ahora no puedo recuperar). Y la manera de protegerse es más propia de usureros que de entidades financieras del s. XXI: pactamos que yo te dejo dinero, y si no me lo devuelves, me quedo con tu casa; pero si después de un tiempo, resulta que tu casa no vale tanto como creíamos, cambiamos las reglas del juego y además me quedo con tu coche, con tu tele de plasma y con tu Play Station 3. Y date con un canto en los dientes de que no te rompa las piernas, porque entonces no podrías seguir trabajando, y todavía me tienes que pagar el crédito de la VISA »
Siempre nos quedará el sentido del humor.
Jessica Fillol