« Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad. Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia. Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por los rasgos de su personalidad. ¡Yo tengo un sueño hoy! Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador que escupe palabras sobre la interposición entre las razas y la anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los pequeños niños negros y las pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas y caminar unidos como hermanos y hermanas. ¡Yo tengo un sueño hoy! Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono. Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza »
Martin Luther King