"En la tierra de Chernóbil uno siente lástima del hombre [...]. El hombre sólo se salva a sí mismo traicionando al resto de los seres vivos. Después de que la población abandonara el lugar, en las aldeas entraban unidades de soldados o de cazadores que mataban a tiros a todos los animales. Y los perros acudían al reclamo de las voces humanas…, y también los gatos. Y los caballos no podían entender nada. Cuando ni ellos, ni las fieras ni las aves eran culpables de nada, y morían en silencio, que es algo aún más pavoroso".
Svetlana Alexiévich
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