"Supongamos que hay una persona que te gusta mucho, pero esta persona tiene pareja. También Supongamos que a esta persona le agradas, te corresponde y te comienza a platicar "que tiene problemas en su relación de pareja" y todo lo malo que vive. Y tú dices: "claro, creo que tengo alguna posibilidad, por supuesto". Te convences de que puedes intentarlo.
Así que, te diré cuál es la función de un amante:
La persona tiene una relación a largo plazo y, en efecto, tiene muchos problemas; "que si su pareja ya no es atenta, que no aporta económicamente, que no contribuye a las labores de la casa, que, de repente, se ha acabado la pasión y el deseo, que ya no tienen relaciones sexuales", etcétera, etcétera. Pero han encontrado una estabilidad en esa relación, llevan años juntos, han encontrado un estilo de vida.
Pero la pasión se fue.
Entonces tú, querido amigo, querida amiga, pequeñín, pequeñina, que ahora has tomado la función de un amante, has terminado por proveer lo que le falta a la relación; contigo hay deseo, contigo hay pasión, contigo se entretienen y se divierten.
Entonces, la persona puede regresar a su hogar, a su estabilidad, a su cariño, a su afecto.
Básicamente, lo que hiciste fue estabilizar esa relación.
Por lo tanto, estás muy lejos de que la persona abandone esa relación y se vaya contigo, muy lejos, porque tú provees lo que le falta a esta relación, la estabilizas y estás evitando que la relación toque fondo en sus problemas, que entre en crisis y que ellos se confronten. Los uniste más".
Fin de la función
No hay comentarios:
Publicar un comentario