"Trabajar un duelo es un tema idealizado también, no haces un duelo para ser feliz y olvidar lo que ocurrió, ni mucho menos para soltar. El trabajo de duelo implica más bien una incorporación, una asimilación, se hace un cierre pero nunca se cierra por completo.
Ese cierre es importante porque permite que puedas incorporar la experiencia de la pérdida y el dolor, de una manera que esto no te paralice o que te quedes en una posición melancólica en donde "no puedo continuar mi vida porque el pasado fue lo mejor que he vivido".
Se hace cierre para asumir que se ha perdido y que eso duele pero que es necesario continuar, entonces, a pesar de todo esto, nace la ilusión y la esperanza en una vida que no es la que se anhelaba, pero decidimos continuar, sí, recordando el pasado, cargando con lamentaciones pero caminando, armando nuestro día a día, nuestra nueva vida".
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