« Yo acepto ahora la verdad de que poseo un ser Divino y Glorioso que en este momento está desarrollando y atrayendo a mi vida y a mis sentidos, la realización de mi propia divinidad.
Afirmo que poseo en el centro de mi cabeza un chakra llamado Fe que genera y produce toda la FE que me es necesaria, de manera que no puedo jamás volver a decir que mi fe es insuficiente. Si tengo a Dios en mí, si todo mi ser está hecho de esencia de Dios mismo, del cuerpo de Dios mismo, mi padre-madre, tengo en mí ser todas las cualidades y todos los atributos de Dios mismo.
Dios está en mi y fuera de mi ¿cómo podría dudarlo? En ningún lugar, vaya donde vaya, dejo de ver el rostro de Dios, de saber que yo soy los ojos de Dios, los oídos de Dios.
Y así, a medida que recojo los frutos de mi vida, soy sembrador y semilla, una revelación de la conciencia de Dios y el propio Dios.
Yo soy Espíritu Divino. En Dios, yo vivo, me muevo y tengo mi ser. Yo formo parte de la expresión de Dios y expreso perfecta armonía. Yo individualizo la Omnisciencia. Hoy tengo conocimiento directo de la verdad. Yo tengo perfecta intuición. Yo tengo percepción espiritual. Yo sé.
Dios es sabiduría de manera que no puedo errar. Dios es inteligencia, no puedo sino pensar correctamente. No hay pérdida de tiempo ya que Dios es el único hacedor. Dios actúa a través de mí, de manera que siempre estoy actuando correctamente y no hay peligro de que yo obre incorrectamente. Yo pienso lo indicado, de la manera indicada, en el momento indicado.
Mi trabajo siempre está bien hecho porque es el trabajo de Dios. El Espíritu Santo me está inspirando. Mis pensamientos son frescos, nuevos, claros y poderosos, como cuadran con la Omnipotencia.
Mis oraciones son manufactura del Espíritu Santo. Poderosas como el águila y mansas como la paloma. Salen en el nombre de Dios mismo y no pueden regresarme vacías. Cumplirán aquello que yo deseo y prosperaran en aquello a que sean dirigidas. “Doy Gracias a Dios por esto” »
Afirmo que poseo en el centro de mi cabeza un chakra llamado Fe que genera y produce toda la FE que me es necesaria, de manera que no puedo jamás volver a decir que mi fe es insuficiente. Si tengo a Dios en mí, si todo mi ser está hecho de esencia de Dios mismo, del cuerpo de Dios mismo, mi padre-madre, tengo en mí ser todas las cualidades y todos los atributos de Dios mismo.
Dios está en mi y fuera de mi ¿cómo podría dudarlo? En ningún lugar, vaya donde vaya, dejo de ver el rostro de Dios, de saber que yo soy los ojos de Dios, los oídos de Dios.
Y así, a medida que recojo los frutos de mi vida, soy sembrador y semilla, una revelación de la conciencia de Dios y el propio Dios.
Yo soy Espíritu Divino. En Dios, yo vivo, me muevo y tengo mi ser. Yo formo parte de la expresión de Dios y expreso perfecta armonía. Yo individualizo la Omnisciencia. Hoy tengo conocimiento directo de la verdad. Yo tengo perfecta intuición. Yo tengo percepción espiritual. Yo sé.
Dios es sabiduría de manera que no puedo errar. Dios es inteligencia, no puedo sino pensar correctamente. No hay pérdida de tiempo ya que Dios es el único hacedor. Dios actúa a través de mí, de manera que siempre estoy actuando correctamente y no hay peligro de que yo obre incorrectamente. Yo pienso lo indicado, de la manera indicada, en el momento indicado.
Mi trabajo siempre está bien hecho porque es el trabajo de Dios. El Espíritu Santo me está inspirando. Mis pensamientos son frescos, nuevos, claros y poderosos, como cuadran con la Omnipotencia.
Mis oraciones son manufactura del Espíritu Santo. Poderosas como el águila y mansas como la paloma. Salen en el nombre de Dios mismo y no pueden regresarme vacías. Cumplirán aquello que yo deseo y prosperaran en aquello a que sean dirigidas. “Doy Gracias a Dios por esto” »