« El insomne sale de una circulación cotidiana, aunque sueñe con los ojos cerrados o para dormir despierto,una contradicción flagrante: ¿Habría que diferenciar la duermevela del insomnio? ¿Es lo mismo estar desvelado y no poder dormir que despertar en medio de la noche y no volver a conciliar el sueño?.
El insomne. El plural, los demás, arrojan al insomne a una tierra de nadie habitada por el insomne y los otros. Porque el insomnio es de una singularidad absoluta. “el insomnio de cada persona es tan diferente al de su vecino.” Esta extrañeza de los otros, esta segregación del mundo diurno, no como producto de la propia voluntad sino como un trastorno del sueño. Por eso, el insomnio escapa a las leyes de la noche.
Se puede no poder dormir de día. Por otro lado, el adverbio mientras indica una temporalidad suspendida de la que ignoramos su duración. Mientras los demás duermen, sugiere en su plural que el insomne es alguien al que no dejan dormir. Como se ha leído en los diarios de Franz Kafka: “Insomne, ni el menor contacto con seres humanos, excepto el establecido por ellos mismos, lo cual me convence por el momento, como todo lo que ellos hacen”. ¿Qué es lo que no duerme? ¿Qué es? ».