jueves, enero 12

Ser tú mismo

« Siempre me encantó esto de las madres ( Y de los padres) que por un lado te dicen que eres maravilloso y por el otro te cuentan que hacen todo lo posible porque quieren que seas alguien »

« En algún momento, le pregunté a mi madre: ¿Qué pasó? ¿No era ya alguien? Antes de que tú te ocuparas, ¿yo no era alguien?.

Mamá me explicó y entonces yo, que parece que era un poco "falto de entenderás", entendí.

Lo que ella quería decirme con que yo fuera alguien, era que fuera alguien que se destaque. Y en esta frase hay que entender la sutileza: El alguien no es importante, lo importante es el que se destaque.

¿Entre quiénes? Entre los demás, claro.

Ahhh... Para ser alguien hay que destacarse entre los demás. Mio fue el trabajo de descubrir con el tiempo que para eso la única forma era competir.

Ser alguien era destacarse y destacarse significaba competir. Y ¿competir con quién? Con todo el mundo, por supuesto.

Menos con mis hermanos, claro; Porque ella se conformaba con que nosotros nos destacaramos por igual entre los demás hijos de sus amigas, primas, vecinas y desconocidas.

Competir y ganar para ser alguien en la vida. Y esto no lo hacía mi madre porque fuera mala, egoísta o celosa, porque la verdad mi mamá es la persona más amorosa, solidaria y protectora que conozco.

¿Por qué hacía entonces estas cosas? ¿De dónde descolgaba este empujón hacia le guerra competitiva contra el mundo?

Tú ya sabes la respuesta (que a mio me llevó algunos años descubrir y otros pocos aceptar): Eso era lo que ella había aprendido.

Lo hacía porque repetía la contradictoria idea anidada en nuestra educación judeocristiana de hijos y nietos inmigrantes: Destacarse sin confrontar, compitiendo y superando, pero sin llamar la atención.

Compito sin que te enteres para superarte sin que lo sepas (Decía mi mamá... que para ser contradictoria es la más contradictoria).

En una sociedad de consumo donde el éxito es competitivo, nuestro nivel de satisfacción termina definiéndose por la comparación entre lo propio y lo de otros, más aún si nos aceptamos portadores de una tendencia innata a esa comparación.

Sin pensarlo en cada situación, miramos a nuestro al rededor y nos comparamos con los demás.

Por mucho que una persona tenga, no es la cantidad absoluta lo que la hace feliz, porque parece que siempre tenderá a sentirse insatisfecha si el vecino tiene un poco más.

Vivir de verdad es ser el que verdaderamente soy. Más allá y más acá de quién seas tú y de lo que esperes de mi. Tu presencia me actualiza y me confirma, pero no me define.

Vivir de verdad significa, precisamente, dejar atrás todos los personajes que he creado para que otros me acepten, como si realmente necesitara que alguien más me confirme cono un ser libre y pensante.

Significa, sencillamente, abandonar el papel que diseñé para inscribirme en una sociedad que a fin de cuentas sigue su vida y nos va dejando... Libres »




"Sé tú mismo, no importa lo que ellos digan"
-Englishman in New York-