“Los pobres aprecian la limosna de los niños porque no los humilla y porque los chicos, teniendo necesidad de todos, se parecen a ellos; por eso siempre suele haber pobres alrededor de las escuelas. La limosna de un hombre es un acto de caridad, pero la de los niños es a la vez caridad y una caricia ¿me entiendes? Es como si de una mano cayeran juntas una mano y una flor”.
Edmundo de Amicis
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