viernes, junio 8

Morir o matar

« Te sentaste justo al borde del sofá
como si algo allí te fuera a morder. 
Dijiste: "Hay cosas que tenemos que aprender, 
yo a mentir y tú a decirme la verdad, 
yo a ser fuerte y tú a mostrar debilidad, 
tú a morir y yo a matar." 

Y después se hizo el silencio 
y el silencio fue a parar 
a una especie de pesada y repartida soledad, 
y la soledad dio paso a un terror que hacia el final 
nos mostró un mundo del que ninguno quisimos hablar. 

Y así eran nuestras noches y así era nuestro amor, 
comenzaba en el silencio, continuaba en el terror, 
y otra vez de allí al silencio. 
Dime, 
¿para qué hablar de lo que pudo haber sido 
y de lo que jamás será, 
tratando de adivinar qué fue eso que hicimos tan mal?, 
si, en fin, se trata de morir o de matar. 

Así que, si aún andas por aquí, 
y alguien vuelve a romperte, amor, 
con dinero, encanto y alguna canción, 
por favor, prepárate para huir. 
Vete lejos y limítate a observar esta escena tan vulgar. 

Conoció a unas cien mujeres y a cincuenta enamoró, 
conoció a otros tantos hombres y con tantos se acostó, 
y fundió todo el dinero y la gente se cansó de escuchar 
noche tras noche la misma triste canción. 

Y ahora ve que el universo es un lugar vacío y cruel, 
cuando no hay nada mayor que su necesidad en él. 
Y encendiendo un cigarrillo se comienza a torturar 
y habrá cerca alguien gritándole "hágase tu voluntad" 
y el "la culpa sólo en parte es mía y en parte lo es de los demás"

De lo que se trata es de morir o de matar, de morir o matar. 
 Fue aquella gitana que nos leyó el porvenir, 
dijo "uno es el asesino y el otro el que va a morir"
Y salimos de allí y me mirarte asustada 
y el miedo sonó en tu voz: 
"antes de que tú me mates, prefiero matarme yo"

Y emprendiste así tu huida y yo corrí a mi habitación 
y mezclé en una cuchara el polvo blanco y el marrón. 
Y con la sangre aún resbalando te llamé desde ese hotel: 
"Por favor, entiende que algo no funciona en mí muy bien"
Y al otro lado te oí llorar y yo seguí y no colgué, 
y me suplicaste: "Déjame de una vez, déjame de una vez"

Y tus párpados cayendo se me antojan guillotinas, 
y te observaré durmiendo y me pondré a susurrar: 
"nuestras almas no conocen el reposo vida mía, 
pero si hay algo que es cierto es que te quiero un mundo entero 
con su belleza y su fealdad. 
¿Por qué no puedes aceptar que esto no se trata más que, 
amor mío, de morir o de matar, de morir o matar?" 

 Moriré, moriré, moriré ... moriré, moriré y es lo único que sé. 
Moriré, moriré ... moriré y cuando lo haga al fin ya nada 
va a impedirme descansar y así 
obtendré la santa paz que en vida no gocé jamás, 
pues hasta morir la única opción siempre es matar, siempre matar »