« Aline meneó la cabeza con una sonrisa melancólica.
-Nadie me mirará jamás como me miras tú.
-Nadie me mirará jamás como me miras tú.
Como si me amaras con cada centímetro de tu ser.
Con ademán lento, él sujetó un mechón de su cabello detrás de su oreja.
-Es así como tú también me miras a mí.
Ella le tomó la mano y besó la áspera superficie de sus nudillos.
-Prométeme que siempre estaremos juntos.
Él, sin embargo, permaneció callado,
porque ambos sabían que no podía hacer esa promesa
-Eso suena muy bien para un cuento de hadas.
Pero yo ya no creo en los cuentos
-Prométeme...
Él la estrechó contra sí, le acarició la espalda
y frotó la mejilla contra su cabello.
-Te prometo lo que quieras. Lo que quieras.
-Si alguna vez te casas con otra, prométeme que siempre me amarás a mí.
-Mi dulce amor egoísta -murmuró él con ternura-
Mi corazón siempre será tuyo, me has destrozado para el resto de mi vida »
Lisa Kleypas