“Y si leo, si compro libros y los devoro, no es por un placer intelectual —yo no tengo placeres, sólo tengo hambre y sed— ni por un deseo de conocimientos sino por una astucia inconsciente que recién ahora descubro: coleccionar palabras, prenderlas en mí como si ellas fueran harapos y yo un clavo, dejarlas en mi inconsciente, como quien no quiere la cosa, y despertar, en la mañana espantosa, y despertar en la tarde como una noche que no acaba, para encontrar a mi lado un poema ya hecho. Ésta es mi proeza, éste es mi heroísmo.”
Alejandra Pizarnik
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