"El padre de Ernest, el conocido caso Hombre de las Ratas de Freud, era una "rata del juego". En una oportunidad perdió 3,80 coronas jugando a las cartas. Era dinero que pertenecía a la Administración del Regimiento.
- Me tendría que pegar un tiro en la cabeza- le dijo a un amigo que era teniente.
- Seguro, pégatelo; un hombre que hace semejante cosa debería pegarse un tiro - le contestó.
Sin embargo el teniente le prestó el dinero y lo salvó.
Cuando terminaron los tiempos de la milicia el padre llegó a tener una posición acomodada y quizo devolverle el dinero al teniente. Pero jamás pudo hacerlo. La deuda quedó impaga.
Y la heredó su hijo. La deuda es algo que se puede heredar. Algo contagioso que se te mete en el pensamiento como un virus. No hay alcohol en gel que lo elimine ni aislamiento que impida su irrupción. Por eso los rituales obsesivos no ceden en su repetición. De repente agarrás una taza para tomar un café y justo ese pensamiento vino a tu cabeza para arruinarte un poco la vida.
Hoy en día la televisión te recuerda todo el tiempo que podés contagiarte. Hay que cuidarse, pero no hace falta machacar tanto. Mejor apagar la televisión para no estar tan preocupados. Dejemos de pensar todo el tiempo en eso, no conviene salir a la calle y hay cosas que no se pueden hacer. Vamos a tomarnos tranquilos una taza de café ".
Luis Darío Salamone
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