"Le decían frecuentemente que sus manos eran feas, que eran ásperas, desagradables. Sus manos le avergonzaban, un buen día uno de sus hijos se percató de que esas manos bellas fueron sacrificadas durante años, esas manos heridas y deterioradas estaban ahí en su título profesional, estaban ahí en cada plato servido en la mesa, estaban en los zapatos nuevos, estaban en los regalos de navidad, esas manos fueron heridas por amor, perdieron su belleza porque esa belleza impregnó a la gente bendecida por esas manos, ese día ese muchacho pudo mirar en ese deterioro, en la aspereza, las manos más bellas del mundo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario