"Te contaré algo, las personas vivimos diferentes impulsos y algunos quedan reprimidos pero latentes, es decir, están buscando un detonador para que puedan salir hacerse manifiestos. Por ejemplo, alguien ha fantaseado y deseado ser infiel pero lo ha reprimido y ese deseo queda latente, entonces es cosa de tiempo para que un mecanismo de defensa permita la liberación del impulso ¿Qué mecanismo puede ser? La racionalización, encontrar una idea lógica que se acomode muy bien a la libre salida del impulso “Oh, mi esposa me ha descuidado mucho, no me quiere, no me desea, me siento tan vulnerable...”. La persona perpetrará la infidelidad y aparecerá la racionalización para defender los actos intencionales del Yo.
Entonces hay muchos impulsos reprimidos que se encuentran en latencia pero también hay miles de detonadores, por ejemplo, el sistema laboral favorece la competencia y esto permitirá que los impulsos tribales de envidia, chismes y agresiones constituyan la dinámica de grupo del entorno laboral, es decir hay entornos que favorecen la fricción social y la liberación de impulsos, combinación tremenda para la aparición de psicopatologías.
Las redes sociales son otro ejemplo, aquí hay grupos, pero también son sistemas de reforzamiento, publico una cosa y like, una foto y like, es decir, esta dinámica favorece la pertenencia pero también la competencia. También es un hecho que hay mucha gente que no socializa y su única manera de evacuar sus impulsos es mediante las redes sociales. En estos lares abunda la pornografía infantil, la violencia, el acoso y las agresiones de cada día, las redes sociales en ocasiones parecen un baño público mental.
¿Pero qué detona tu liberación del impulso? ¿La persona o su representación? Lo más probable es que sea su representación, es decir, una transferencia, lo que significa que una persona te representa rasgos de una figura significativa de tu pasado y esto juega a favor o en contra: simplemente no sabes por qué pero la persona te cae muy bien, o todo lo contrario. Una cosa que te ayudará con tu higiene mental es hacer un registro de tu abanico emocional a manera de diario.
Ejemplo:
Situación:
“Hoy estaba comiendo y relataron de una forma que alguien había fallecido por COVID-19. ”
“Hoy estaba comiendo y relataron de una forma que alguien había fallecido por COVID-19. ”
Emoción:
“Sentí mucha preocupación...”
Al hacerlo puedes identificar “Estoy angustiado hoy por este tema o molesto por aquello, me surgió un pensamiento agresivo hacia tal persona...”
Lo primero es comenzar a identificar con honestidad las situaciones y emociones que experimentas.
“Sentí mucha preocupación...”
Al hacerlo puedes identificar “Estoy angustiado hoy por este tema o molesto por aquello, me surgió un pensamiento agresivo hacia tal persona...”
Lo primero es comenzar a identificar con honestidad las situaciones y emociones que experimentas.
Hacerte ciego a tus sentimientos los acumula, los sobrecarga y esos impulsos son sumamente destructivos, es decir, se tornan autodestructivos o se encausan en forma de agresión dirigida a un objeto particular. Por ejemplo, la historia de maltrato de aquel rapero, acumula mucha agresión, sus objetos de ataque en el recurso de sus letras son mujeres y niños, es decir, hay una identificación con el agresor. Él fue agredido y se siente avergonzado y humillado, ahí hay impulsos autodestructivos, por eso desaparece su lado vulnerable y en el Yo queda la imagen de su agresor, por eso él se torna un agresor, pero estos contenidos grotescos los deposita en su música, es decir, al menos los está evacuando, finalmente al hacerlo recibe aprobación y pertenencia de grupo, lo cual lo mantiene funcional. El problema es cuando no tienes en donde desechar esos impulsos y ahí es donde aparecen los comportamientos 𝐀uto y destructivos.
Así que el impulso que expulsas ya lo traías, tal vez se fugue en forma de sueño, un acto simbólico, un chiste, un acto fallido o un síntoma. Pero si sale ese impulso de manera periódica ya corresponde a un conflicto repetido, tal vez a un tema de años. Salud mental es identificar tus deseos, nombrarlos, darles voz, identificar tus transferencias, tus mecanismos de defensa, tus sentimientos y al menos intentar descifrar las razones de por qué haces lo que haces."
Jonathan Ahumada
Clínica de las emociones
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