« Soy joven y soy poeta (si es que el amor hacia lo Bello puede crear poetas) y deseo serlo. Soy irremediablemente poeta.
Soy asombrosamente perezoso y maravillosamente activo. Tengo periodos en que cualquier actividad intelectual significa para mi una tortura, y nada me satisface sino la comunicación solitaria con las "montañas y los bosques", los ídolos de Byron. Pierdo así meses enteros en vagar, en soñar, para reanimarme al fin en una suerte de locura por mi trabajo. Entonces borrajeo cuartillas todo el día y leo durante toda la noche, mientras me dura la fiebre. No soy ambicioso más que en forma negativa. Pero de cuando en cuando me asalta de improviso el deseo de golpear a cualquier imbécil, simplemente porque me repugna dejar creer a un imbécil que puede golpearme a mi. Soy profundamente concsiente de una vanidad, de la cual casi todo el mundo le gusta hablar; de la vanidad de la vida temporal. Paso mi vida entera soñando el porvenir. No creo en la perfección del hombre. No pienso que el trabajo humano puede lograr efectos apreciables sobre la humanidad. Cada hombre es más activo, pero no es ni más feliz ni más sabio que hace seis mil años.
Vosotros me pedís "un relato sobre mi vida," pero luego de cuanto he escrito estaréis seguros de que no tengo nada que decir. Estoy muy persuadido de la inanidad de las cosas temporales para dedicar una seria atención a la nada. Mi vida no ha sido más que capricho, ilusión, pasión, deseo de soledad, desprecio del presente, anhelo del porvenir.
Escribo por necesidad mental, para satisfacer mi gusto y mi amor por el arte.
"No fui en la infancia como los otros
ni nunca vi como los otros vieron.
Mis pasiones yo no podía
hacer brotar de fuentes iguales a las de ellos;
y era otro el origen de mi tristeza,
y era otro el canto que despertaba
mi corazón para la alegría.
Todo lo que amé lo amé solo.
Así en mi infancia, en el alba
de mi tormentosa vida, irguióse,
desde el fondo de todo bien o todo mal,
desde cada abismo, encadenándome,
el misterio que envuelve mi destino..."
"El cuervo dijo: 'Nunca Más'
¡Que sea esta palabra la señal,
pájaro o espíritu diabólico,
de nuestro adios!
¡Retorna a la borrasca
y al borde de la Noche Plutoniana!
¡No dejes pluma negra
como prenda de tu mentira! »
Edgar Allan Poe
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